Por más de 30 años, la familia García Palma se ha dedicado a la realización de piñatas, oficio que los ha llevado a convertirse en los artesanos con más tradición en el mercado municipal de Cuautla.
Sus piñatas no sólo decoran todo el mercado municipal cada temporada decembrina sino que también son llevadas a diferentes municipios de Morelos durante estas fiestas de Navidad y fin de año.
En cada una de sus creaciones dedican su mejor esfuerzo, pues su es lema: “Si la piñata no me gusta a mí para decorar mi propia casa o está mal hecha, la tenemos que volver a hacer”, ya que refieren que "si no les gusta a ellos mismos es posible que no les guste a los demás”.
La historia de esta familia comenzó hace 35 años, cuando Mauricio García de la Rosa y Margarita Leticia Palma Ventura, se enamoraron y decidieron vivir juntos, para entonces el señor Mauricio ya sabía hacer piñatas y fue a prueba y error que aprendió a elaborarlas y decorarlas; ya casados, él le enseñó a su esposa como elaborar una piñata y entre ambos fueron mejorando la técnica.
El tiempo pasó y es este negocio el que los ha ayudado a desarrollarse de manera económica, relatan, pues aunque el señor Mauricio es integrante de la policía preventiva del municipio de Cuautla, es a través de la elaboración de piñatas que también lograron establecer un negocio de verduras al interior del mercado Cuautla
Las piñatas son un negocio que "no deja", dice, pues han logrado compaginar los tres trabajos como familia y en lo individual, con los cuales han logrado sacar adelante a sus tres hijos.
A decir de Margarita Palma, el trabajo para elaborar piñatas comienza desde el mes de febrero, pues es en esa época cuando comienzan a hacer las bolas para las piñatas, ellos las hacen de tres tamaños, chico, mediano y grande, y es con papel periódico y engrudo que durante cinco meses logran hacer más de 300 bolas; si bien, dijo, es mucho tiempo el que le dedican, reiteró que no es la única actividad que hacen, además hay muchas bolas que tienen que repetir hasta que ellos queden convencidos que están bien hechas.
Aproximadamente, en junio hacen los conos para las piñatas, estos son de diferentes tamaños; son más de dos mil conos, pues a cada piñata le ponen siete, ya que de acuerdo con la tradición cada cono representa los siete pecados capitales.
Después comienza el armado de las bolas con los conos, para en el mes de noviembre, ahora sí, comienzan la decoración.
Este proceso, dice la señora Margarita, es lo que más les gusta, pues es ahí donde dejan volar su imaginación para poder hacer combinaciones de colores, decoraciones modernas o un poco más tradicionales.
Es el primero de diciembre cuando ellos ya deben de tener muchas piñatas completas para comenzar a surtir los pedidos y la venta al menudeo que tienen, pues es diciembre el mes donde más se venden piñatas.
¿En dónde se ubica el negocio de Los Palma?
Margarita Leticia Palma señaló que las personas podrán encontrar estas piñatas en el pasillo de cecina del mercado municipal de Cuautla, donde ofertan una gran variedad de las piñatas, listas para decorar o romper en estas fiestas.
Señaló que también hacen piñatas de barro, aunque estas dice ya casi no se venden, sin embargo, el proceso de elaboración es casi el mismo.
"Nosotros vemos esto como un trabajo para poder solventar los gastos familiares, comenzó hace más de 30 años con mi esposo quien con observar y practicar aprendió este trabajo que aunque parece fácil se necesita de técnica y paciencia, ahora esto nosotros se lo hemos enseñado a nuestros hijos para que ellos tengan otra alternativa de trabajo”, precisó la artesana de piñatas.
Los hijos de Margarita y Mauricio: Sarai, Cecia y Juan Antonio, también trabajan en el negocio del mercado y ayudan en la elaboración de piñatas, a pesar de que también realizan sus estudios, ya que la familia completa ve este trabajo como una alternativa para ayudar a la economía familiar así como para contribuir a mantener vivas las tradiciones.
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