Los rayos del sol anunciaban un nuevo día, el calendario marcaba el 2 de noviembre, y de acuerdo a la tradición es el Día de Muertos, cuando aquellos que se adelantaron en el camino regresan a la tierra, y aunque no se ven, su presencia se siente.
Desde muy temprano, niños, jóvenes y adultos empezaron a arribar al Panteón Municipal; en sus manos llevaban manojos de flores que después serían colocadas en las tumbas de sus seres queridos, acompañadas de veladoras. Ya que se cree que el 2 de noviembre las almas de los que partieron a otra vida regresan, por lo cual se les honra acudiendo al cementerio, después de haber colocado una ofrenda en el hogar.
Entre risas, sollozos y cantos, los ancianos platicaban a niños historias de aquellos que ya partieron, recordando las cosas buenas y malas que durante en vida realizaron, mientras que canciones como La vida no vale nada, Un puño de tierra, Amor eterno, El amigo que se fue, La Barca, El Señor de las Canas se escuchaban siendo entonadas por los mariachis, norteños y hasta por la misma gente, como una forma de recordar.
Llenos de gente
Al igual que el Panteón Municipal, los otros 32 panteones que hay en Cuautla también lucieron llenos de vida, adornados con la flor tradicional de cempasúchil y terciopelo, aunado a las velas y al aroma de los inciensos, todo ello en un marco de tranquilad y convivencia, siendo principalmente el de la Gabriel Tepepa, Casasano, Tetelcingo, Cuautlixco y Jardines del Recuerdo.
Durante esta celebración se contó con la presencia de cuerpos de emergencia y elementos de seguridad, quienes vigilaron el acceso de los camposantos y dentro de ellos, mientras que el cuerpo de transito controló la fluidez vehicular, transcurriendo todo con tranquilidad.