Las Tazas, el balneario que se niega a morir

Emmanuel Ruiz

  · martes 11 de abril de 2017

Cuando estaba a punto de cerrar sus puertas yconvertirse en un campo yermo, el balneario ejidal “Las Tazas”fue resucitado por un grupo de hombres y mujeres que se negó adespedirse de uno de los lugares más emblemáticos de la antiguaCuautla, donde decenas de niños y niñas, hoy convertidos enadultos, acudían a nadar con sus amigos.

Ubicado en la colonia Cuautlixco, en el ejido delmismo nombre, “Las Tazas” sigue siendo uno de los balneariosmás emblemáticos del municipio, al grado que hay un derrotero detransporte público que lleva su nombre, por la gran cantidad degente que solía acudir a sus pozas en las que brotaba agua surgidaen las profundidades de los volcanes Popocatépetl eIztaccíhuatl.

La taza grande Dentro del balneario,al otro lado de una malla ciclónica, existe una zona a la que muypocos tienen acceso. Justo allí se encuentra la temida “Tazagrande”, donde decenas de personas han muerto ahogadas tratandode nadar en sus aguas.

Con una profundidad de cerca de 10 metros, la tazagrande es el mudo testigo de los tiempos gloriosos de estebalneario, y se le teme como a una bestia de acuosos colmillos ygarras.

“Aquí venían buzos”, recuerda Facundo ArchundiaMillán, quien pasó algunos de los mejores momentos de su infanciasumergiéndose en las tazas menos profundas de este balneario.

Hoy, el señor Archundia funge como tesorero delComisariado Ejidal de Cuautlixco, el órgano campesino queadministra el funcionamiento del lugar, que entró en funciones enseptiembre de 2015.

Al llegar al balneario, dicho comité decidiórestringir el acceso a la taza grande únicamente al personalautorizado, colocar candados y avisos de advertencia para evitarque la gente vuelva a poner en riesgo su vida.

La colocación de la malla ciclónica vinoacompañada de un segundo propósito: revivir el área de albercasy hacer que el balneario diera un segundo respiro como centro dediversión para los habitantes de Cuautla y los turistas.

Un nuevo comienzo Aunque el agua delmanantial ya no se encuentra al mismo nivel que antes, resultado dela perforación de nuevos pozos para abastecer del líquido a loshabitantes de la región, los encargados tienen la intención deexplotar las cuatro albercas existentes, una de las cuales fuerehabilitada con el apoyo de la administración municipal de RaúlTadeo Nava, según recuerda Facundo Archundia.

“Hemos rehabilitado los sanitarios, hicimos nuevosvestidores, se rehabilitó una alberca con la ayuda delAyuntamiento, se construyó una taquilla y ahora se estárehabilitando el salón de eventos sociales”, detalla el tesorerodel comité.

Con la rehabilitación de la nueva alberca, elbalneario ofrece a los visitantes un nuevo espacio acuático pararefrescarse en esta temporada de estiaje, particularmente en laSemana Santa, una temporada que los trabajadores y los comerciantesdel interior esperan con alegría.

Mientras Facundo muestra los vestidores reciénconstruidos y los baños rehabilitados hace un año, un poblador seaparece frente a él y le pregunta sobre la oportunidad de instalarun puesto de venta en los próximos días.

Sus palabras demuestran que el deseo del comitéempieza a volverse realidad: la gente está volteando a ver otravez hacia “Las Tazas”, un lugar que había empezado a secarsedebido a la falta de acciones para reactivarlo.

Un balneario que también escampamento Entre las opciones que ofrece el balneario paralos visitantes, destaca la de poder pasar la noche allí, en unacasa de campaña. Por 100 pesos los adultos, y 50 pesos los niños,la gente tiene derecho a pasar hasta 24 horas en las áreas verdes,lo que implica la oportunidad de acampar por una noche y meterse alas albercas sin que se les cobre más.

Con este servicio, el comité del Comisariado Ejidal,encabezado por Fernando González Jáuregui, busca recuperar laconfianza de quienes dejaron de acudir por temor a lainseguridad.

“Ahora tenemos más seguridad, nuevasinstalaciones, mejor servicio y ordenamiento de losestablecimientos de vendimia; la gente que venga se va a llevar unabuena impresión del balneario, y aquellas personas que tenían unamala imagen del lugar van a cambiar de opinión”, afirmaArchundia Millán, en la entrada principal del balneario, antes dedespedirse de El Sol de Cuautla.

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