Mario Rojas Alba, candidato del Partido Humanista al Gobierno del estado y referente de la izquierda social de Morelos, esa que fundó a los partidos de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), fue verdaderamente un perseguido político, estuvo refugiado muchos años en Canadá, país que le concedió asilo político y ahora expresa su enojo por el abaratamiento de términos como “guerra sucia” o la denuncia de amenazas falsas que hacen los candidatos y que “nos hacen quedar a todos como mentirosos”.
Al referirse a las acusaciones de amenazas, ataques y guerra sucia que hacen muchos de los candidatos en Morelos, Rojas Alba reconoció que lo enoja la victimización que de sí mismos hacen algunos aspirantes al Gobierno, al Senado, a diputaciones y a otros cargos. No es para menos, el médico, que fue diputado federal por el I Distrito de Morelos entre 1985 y 1988, y posteriormente buscó un escaño en el Senado de la República; luego participó en la fundación del PRD; fue secuestrado y torturado salvando su vida de milagro, y se fue a Canadá donde se le concedió asilo político en 1992.
Mario Rojas es optimista, habla claramente, como entonces y sonríe. Pero cuando se le pregunta por las denuncias de supuestos complots para asesinar a candidatos, para emprender guerra sucia, y el uso de hechos violentos como instrumento de propaganda política, Rojas Alba frunce el entrecejo y advierte: “Claro que me enoja, y mucho”. Recuerda la época de represión contra los movimientos sociales en el estado y que después de que se le concedió asilo en Canadá, hubo muchos que denunciaron hechos falsos para buscar ser refugiados por esa nación y por otros gobiernos en el mundo; “nos hicieron quedar como mentirosos a los mexicanos”, comentó.
Y recomienda: “Hay cosas que no debemos hacer, como acabar con el prestigio de un candidato con mentiras y denuncias falsas de guerra sucia. Veo mal, poco ético que se trate de ensuciar la imagen de otros con falsedades; pero también hay que recordar que si sabes algo de otra persona que los electores deben conocer, hay que decirlo”; también lamentó las actitudes discriminatorias e insultos en contra de algunos candidatos por su apariencia o sus preferencias sexuales; eso no es correcto y rompe la equidad en la contienda.