En lo últimos años los niveles de agua de la Laguna de Coatetelco han bajado significativamente; actualmente se encuentran al 30 por ciento de su capacidad.
Cada vez hay menos agua, pues aproximadamente existen más de 60 metros de distancia de las márgenes del corredor turístico que forman las palapas que se levantan alrededor del muelle.
Además, el vaso lacustre desprende olores fétidos debido a la contaminación por algas y debido a que en la orilla de la laguna se mueren cientos de caracolitos (rumina decollata).
➡️ ¿Ya recibes las noticias en WhatsApp? ¡ES GRATIS!
No obstante, para los pescadores y restauranteros esto último no tiene mayor importancia, toda vez que su máxima preocupación está en la falta de agua de la laguna, pues temen que se repita el fenómeno registrado en los años 1985 y 1993, cuando se secó por completo y causó la extinción de la mojarra copetona, especie endémica de la zona donde también se produce en baja escala lobina (pez de agua dulce), jaiba y trucha.
Aunado a lo anterior, la laguna es hábitat y refugio de una gran variedad de aves, muchas de ellas migratorias, como gallaretas, garzas, patos buzo y patos de ala blanca, incluso se han visto algunos pelícanos Según expertos, en esta laguna habitan el 80 por ciento de las aves registradas en Morelos.
La siembra de Mojarra
La agrupación de pescadores se divide en dos bloques, de tal forma que unos trabajen en la laguna y otros en la presa El Rodeo, construida para almacenar 27 millones de metros cúbicos de agua, aunque en realidad solo tiene capacidad para 18 millones de metros cúbicos, pues presenta grietas por donde se fuga el líquido.
Pero tanto la presa como la laguna han visto reducidos sus niveles de agua, y hace apenas unos meses y tras años de solicitudes de apoyo, finalmente la Secretaría de Desarrollo Agropecuario destinó 100 mil pesos para la compra de alevines para la siembra de tilapia.
No obstante, la falta de agua les impide desarrollarse adecuadamente y los pescadores se enfrentan a esta problemática en la que pescan piezas pequeñas, es decir, entre seis u ocho pescados apenas pesan un kilo, cuando de mojarra comercial son al menos cuatro piezas por kilogramo.
Los pescadores utilizan atarrayas para atrapar los peces y entre sus reglas está no usar más de 10 madejas y lo máximo que pueden pescar son dos botes o 30 kilos para no sobreexplotar la producción.
Escombro en las riberas
Abel Galicia Santana, presidente de los pescadores, refiere que desde 2017, cuando la laguna recuperó cierto nivel e incluso inundó las palapas, el agua ha ido bajando y aún con la temporada de lluvias no logra recuperarse.
Para biólogos y pescadores, uno de los factores que impide la recuperación del nivel de agua es la gran cantidad de escombros con la que han rellenado los predios de las palapas, ya que algunas tienen más de un metro. El cascajo además de contaminar el agua cubre los escurrimientos naturales de la zona cerril, por lo que ahora el agua termina en otras barrancas y drenajes.
A lo largo del corredor turístico del muelle se pueden ver toneladas de escombros que cubren varios predios aledaños a la laguna. Los nuevos proyectos de obras ignoran que esa estrategia mata poco a poco la laguna, que no se abastece más que de los escurrimientos pluviales.
Lee también: Desarrollo Sustentable se deslinda de contaminación en Coatetelco
A la fecha ninguna autoridad estatal o federal han hecho algo por el rescate de la producción de mojarras en la Laguna de Coatetelco, que es lo más emblemático de este municipio indígena, ni para delimitar la zona federal e impedir la invasión de las construcciones, especialmente ahora que por la falta de agua hay más de 60 metros de playa en las riberas.
Únete a nuestro canal de YouTube