Con “fe”, es la palabra que utiliza Jorge Hernández García, Presidente de los Productores de Pan Artesanal de Cuernavaca, para lograr que la venta de rosca de reyes significa una reactivación económica para quienes se dedican a la venta de dicho alimento, usualmente usado para celebrar el 6 de enero.
Mientras termina de amasar la harina, le coloca un poco de “brillo”, y le pone pequeñas tiras de membrillo, Jorge cuenta que mantener el precio del año pasado no fue posible, ya que insumos como el Gas LP que tuvo un incremento hasta del 35 por ciento, les obligó a ajustar los costos por lo que este 2022 la rosca más pequeña para 4 a 6 personas subió a 60 pesos, cuando el año pasado se vendió en 50 pesos.
“Es la parte más difícil de tocar, sinceramente hemos tenido insumos como el gas, el cual el año pasado aumentó, lo que complica el precio en los productos; además de otros productos de temporada como el higo, el acitrón, el muñeco y la cereza, algunos son de importación y se comportan conforme a la divisa”.
El precio dependerá del tamaño de la rosca, en promedio el costo será de 120 a 150 pesos que es para 11 a 12 personas, dependiendo de la preparación; la más grande para 20 personas costará en promedio 220 a 250 pesos; la jumbo costará 300 pesos y podrá alcanzar hasta 25 porciones.
“Tenemos otra línea que es la gourmet, que trae rellenos de Philadelphia ya sea sola o con zarzamora, fresa, piña o nutella, es una línea ya gourmet que lleva relleno y de eso depende el precio”
Entre las grandes trasformaciones que recuerda Jorge, es que en un principio tenía una forma “circular”, pero ésta se ha ido modificando en tamaño ovalada para que alcance para más personas, son los jóvenes los que han estado impulsando otras modalidades como el hecho de que tenga relleno, sabores del pan.
“Nos han vuelto a ver la sociedad porque no usamos grasas trans, no usamos mejorantes, ni productos industrializados”, ofreciendo un consumo local más sano para los cuernavacences. Los productores también se han visto en la necesidad de incursionar en una venta a domicilio, situación que trajo consigo la generación de más empleos.
El olor del pan sale corre desde calle Gutemberg, en dónde se ha instalado para vender en estos últimos días, hasta calle Galeana, y es que la cocción del pan debe ser con fino detalle para que esté bien cocido pero no quemado, comparte.
“Tenemos locales establecidos en colonias como la Antonio Barona, Lomas de Cortés, en el centro en calle Arteaga, tenemos también puntos de venta en Jiutepec, y en redes sociales desde donde también estaremos pendientes de los pedidos. La invitación es a comprar directamente con los productores, que sepan que están consumiendo producto de calidad”.
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