Cuando hablamos de pozas libres en Cuautla que la gente ha adoptado como balnearios públicos, la tarjea de Santa Inés en la colonia Eusebio Jáuregui, es el primer sitio que a muchos se nos viene a la mente. Sin embargo, la región de Cuautlixco alberga uno de los lugares que mejores vistas ofrece a las familias que llegan cada fin de semana, e incluso entre semana, a refrescarse en la Poza Azul.

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La Poza Azul se encuentra entre los manantiales de la zona núcleo del Área Natural Protegida del Río Cuautla, decretada así desde el año 1993, entre los cultivos de berro que se han conservado desde la década de 1940, a la altura de la colonia Santa Rosa.

Llegar a este lugar es encontrarse con un espacio de los que ya quedan pocos en el municipio: un verdor fuerte, gracias a los cultivos de berro, así como árboles endémicos como el ahuehuete, manantiales por donde corre agua recién nacida y el canto de las aves que siguen hallando aquí un lugar seguro. Un edén.

"La Poza Azul es turística y llega mucha gente. Los berreros dejan usar este espacio, pero lo que a veces les molesta es que la gente no se lleve su basura", dice Sofía Espinal, del Colectivo Yólotl, un colectivo de jóvenes amantes de la naturaleza que se ha dado a la tarea de proteger este lugar en alianza con los productores de berro.

Por cierto, una vez que estás aquí, comprar berro en el lugar donde se cultiva siempre será mejor que hacerlo en la central de abasto o cualquier otro mercado: un manojo, robusto y que podría durarte días acompañando tus alimentos, cuesta 10 pesos.

El berro es una planta rica en nutrientes. Una sola taza aporta puede ofrecerte el 22 por ciento de la ingesta dietética de referencia (DRI) de vitamina A, el 24 por ciento de vitamina C, el 106 por ciento de vitamina K, el 4 por ciento de calcio y el 4 por ciento de manganeso. Además, contiene pequeñas cantidades de vitamina E, tiamina, riboflavina, vitamina B6 y otros minerales.