Por más de 50 años don Leopoldo Martínez se ha dedicado a la yunta, para él, este trabajo es parte de su vida y con el cual ha logrado salir adelante, sin embargo, la modernización y la introducción de maquinaria ha dejado a decenas de familias que se dedicaban a arar la tierra sin trabajo.
Todos los días, don Leopoldo sale a trabajar como cualquier otra persona, pero su trabajo es en el campo con los bueyes, en donde pasa más de ocho horas seguidas bajo los rayos del sol arreando a los animales, algo que para él ya es cotidiano y está acostumbrado.
Don Leopoldo vive en la comunidad de Chinameca, Ayala, lleva más de 50 años dedicándose a la yunta, arando la tierra apoyado de mulas o bueyes, este oficio es el sostén que lo ha mantenido a flote económicamente.
Su piel visiblemente se nota maltratada por el fuerte trabajo y por el sol, pero él se considera un hombre fuerte y capaz que a su edad puede arar la tierra de varias tareas y de ahí seguir trabajando sus propios cultivos.
Para poder arar una hectárea se tarda en promedio dos horas, depende del productor del que se trate será el monto que le pagarán; en promedio son 130 pesos por hectárea.
La modernización en el campo y la introducción de maquinaria ha generado que muchos se queden sin empleo, pues a los dueños de las tierras les resultas más rápido y barato preparar la tierra con máquinas, sin embargo en la comunidad de Chinameca son en promedio cinco personas las que aún se dedican a la yunta.
Don Leopoldo dijo que la yunta ha sido parte de su vida, pese a que los años pasan y la modernidad cada vez gana más terreno, él seguirá trabajando la tierra demostrando que este trabajo aún es necesario.