Diversos factores, como el desperdicio del agua, la tala de árboles, el aumento de circulación de vehículos, entre otros, han alterado el clima privilegiado que tenía Cuernavaca hace unas décadas y que le dieron el nombre de la Eterna Primavera.
Héctor Zetina, integrante del Observatorio Ciudadano de la Calidad del Aire de Morelos y académico de la Universidad Pedagógica Nacional, comentó que están ocurriendo diversos procesos provocados por la acción humana.
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“Por eso decimos que estamos en un periodo geológico denominado Antropoceno, donde el papel de nuestra especie en la conformación de la naturaleza y del sistema de la tierra es fundamental y determina esta configuración de un proceso hacia un nuevo sistema, es decir, ambiental, social, de construcción de territorio”.
Cuernavaca, como todas las ciudades del mundo, está siendo afectada por estos procesos de largo plazo y globales. El experto indicó que prueba de ello es el promedio anual del clima en la región, porque antes era de 21 grados centígrados y actualmente es de 24.
Señaló que la estación meteorológica de la capital morelense registra un aumento de la temperatura con promedio anual desde el año 1996 (22.7 C°) al 2022 (24.7°), es decir, dos centígrados más en menos de 30 años.
“Esto parece poco, pero en realidad todas las especies vivas resentimos los cambios en los organismos. Si observamos a algunas especies vegetales, les cuesta más trabajo reproducirse o mantener su ciclo de vida normal; algunos animales, como los invertebrados, insectos y mamíferos, están reaccionando y resintiendo estos cambios de clima”, agregó Zetina.
Precisó que si bien no todo tiene que ver con la temperatura, existen otros fenómenos que inciden. Por ejemplo, entre los insectos afectados se encuentran las luciérnagas, las catarinas y las abejas, que se han vuelto más sensibles, además de ser especies que no estaban acostumbradas a lidiar con dicha problemática.
El experto refirió que también se ha observado que los árboles se enferman y están en riesgo de morir: “El bosque se está talando de manera muy rápida con finalidades comerciales, no con fines de mantenimiento”.
La tala de árboles en el bosque, como el pino o encino, genera menos captación de agua, más sequía, más incendios forestales y esto eventualmente afecta el área urbana, agregó.
Asimismo, destacó que otro problema en Cuernavaca que ha contribuido al aumento de la temperatura es que las barrancas, las cuales eran un sistema de enfriamiento natural, han sido intervenidas incorrectamente y se ha contaminado el agua que cruzan.
“El aire caliente que viene de Guerrero, que viene del Pacífico, se enfriaba al pasar por esas barrancas. Ahora ya no lo está haciendo porque la radiación no se absorbe, se refleja por el concreto, asfalto o cemento que está sustituyendo la masa vegetal”, detalló Zetina.
Pero eso no es todo, sino que además el parque vehicular ha crecido exponencialmente, tal cual lo reflejan los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, pues en Morelos se tuvo un alza de unidades en los últimos 40 años: de 106 mil 712 automotores que había en 1980, en 2021 se contabilizaron más de un millón 89 mil 441, incluidas las motocicletas.
Añadió que mucho parque vehicular no cuenta con mantenimiento, emite gases de efecto invernadero y bióxido de azufre, lo que alimenta el calentamiento global: “Hace falta pensar a largo plazo en la relación de la sociedad con la naturaleza, ya hay suficiente información como para saber qué no debemos hacer, la preocupación es que lo seguimos haciendo; por ejemplo, sabemos que hay obras de infraestructura o industriales que son tremendamente dañinas al medioambiente y ponen en riesgo la salud humana”, dijo.
Consideró necesario tener un buen sistema de transporte público, cómodo, rápido, eficiente, para que las personas que tuvieran la opción de usar su automóvil o transporte público, opten por este último.
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