En el marco de celebración del Día de la Candelaria, la iglesia católica en Morelos pidió al presbiterio no sólo realizar la eucarística por medios digitales, sino también establecer un horario de bendiciones para la presentación de los niños Dios en las parroquias.

México es un país rico en tradiciones y el Día de la Candelaria no es la excepción; sin embargo, este año, como ha ocurrido en los últimos meses, la celebración presenta algunas modificaciones derivadas de la pandemia de Covid-19.

El vocero de la Diócesis de Cuernavaca, el padre Tomás Toral Nájera informó que para no perder la tradición pero sí respetar los protocolos de seguridad sanitaria, sugirieron al presbiterio establecer un horario de bendición del niño Dios en cada parroquia del estado, evitando la aglomeración de feligreses.

En el caso de las misas, señaló que se seguirán efectuando pero totalmente digital, es decir, serán transmitidas por las plataformas digitales de cada templo.

Esta fiesta se celebra exactamente 40 días después de Navidad; conmemorando el día en que la Virgen María se purificó después del nacimiento del niño Dios y llevó candelas a la iglesia para que estas fueran bendecidas.

Por otra parte, la Iglesia católica en Morelos reconoció que la caída del catolicismo en los últimos 10 años podría ser un tema relacionado a los sentimientos, aunque consideró necesario reconocer y repensar cuáles son estas razones; “lo importante es que el cinco por ciento no nos puede dejar tranquilos a los sacerdotes, y pastores”.

Luego de que el Censo de Población y Vivienda 2020 elaborado por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), documentara que la fe católica disminuyó un siete por ciento en comparación con 2010, el vicario general de la Diócesis de Cuernavaca, Tomás Toral Nájera puntualizó que la Iglesia católica tiene que reconocer realmente esta partida de feligreses hacia otras denominaciones o hacia ninguna denominación, verificando cuáles fueron las razones para tomar esta decisión, si es doctrinal, indiferencia, o por un antitestimonio, al no encontrar la razón de su vida.

Precisó que la iglesia católica es una institución de siglos, de la cual se han desprendido todas las denominaciones habidas y por haber; sin embargo, una realidad es que esta basada en reglas y normas lo que en muchas ocasiones no es del agrado de los fieles, “como participar en una misa, en las pláticas que necesitan para un sacramento, el trámite que hay que hacer, son cosas que a lo mejor nos falta mucho por profundizar porque al final la Iglesia está cuidando, por ejemplo, en torno a los sacramentos la licitud y validez de un sacramento”.