Entre Cuautla y Ayala, pero situado en territorio plenamente zapatista, el Hotel Quinta de la Rosa recibe a sus clientes con un extenso jardín en el que han crecido más de 140 árboles. Don Gilberto lleva bien las cuentas: 140 árboles, casi la mitad de ellos frutales, 40 habitaciones, 20 trabajadores. Una historia. La que inició hace 15 años, cuando este contador de la Ciudad de México decidió convertirse en hotelero.
“En realidad, llegamos aquí hace 57 años y se compró este terreno para sembrar. Hace 20 años decido retirarme de los negocios en la Ciudad de México y me vengo a vivir aquí, retirado, pero me sentía inquieto y pensaba qué podría hacer con el lugar. Así que vendí unas cosas y me decidí a hacer un hotel. Así fue como empezó todo, con una idea, con seis habitaciones, nada más, pero con el tiempo fuimos construyendo más”, cuenta Gilberto Trueba de la Rosa, desde uno de los jardines que hay en el lugar.
Es un lugar apacible, donde se respira aire fresco. Sobre una extensión de 10 mil metros cuadrados, el hotel cuenta con varias albercas, un restaurante, figuras, impresiones y murales relacionados con la cultura griega. En su origen, la idea era hacer un hotel de estilo grecorromano, pero pronto el legado de Emiliano Zapata y la riqueza histórica de la región de Cuautla terminaron por apropiarse del ambiente, así que, hoy, en el área del restaurante, es posible apreciar una fotografía de “La Piedad” de Miguel Ángel, lo mismo que una escultura libre del Caudillo del Sur.
“Aquí es la tierra del 'jefe', él nació aquí, en Anenecuilco. Es mucho, muy importante. Es el ícono principal que tenemos en Morelos, reconocido a nivel internacional. Hay monumentos de él en todas partes y es algo que tenemos que aprovechar”, agrega Don Gilberto. Al fondo reluce una representación a escala de la antigua máquina de vapor 279, monumento histórico de Cuautla que habla de la lucha revolucionaria de hace más de un siglo.
Hotel de estrellas
El Hotel Quinta de la Rosa es un hotel de tres estrellas, pero dentro de sus habitaciones han reposado más. Entre las cosas que le gusta presumir a don Gilberto está el haber sido anfitrión de artistas como Lila Downs, Fernando de la Mora y Guadalupe Pineda, por mencionar algunos.
Del 2013 al 2016, Ayala organizó tres ediciones de lo que fue conocido como Fiesta Nacional Zapata, con presentaciones multitudinarias en sitios históricos que buscan fomentar el turismo y la activación económica de la localidad. En alianza con el Ayuntamiento, el Hotel Quinta de la Rosa fue el lugar en que se hospedaron los artistas invitados. Una de las mejores épocas que recuerda don Gilberto.
“Fueron tres años en que logramos eso. Pero también ha venido La Guelaguetza y mucha más gente”, recuerda el empresario.
Hoy, desde el acceso principal a las instalaciones, el “hotel de las estrellas” se ha convertido en eslogan, misma leyenda que puede leerse en el bordado de la camisa de De la Rosa, un hombre de 79 años de edad que, así como ha vivido grandes épocas aquí, también se ha enfrentado a la crisis.
La pandemia
Nadie puede negarlo: la pandemia de la Covid-19 hizo que los proyectos más prósperos se enfrentaran a grandes dificultades. En este hotel la afluencia de visitantes simplemente desapareció y, durante varios meses, nadie se hospedó en sus habitaciones. Fue un tiempo complicado, que Gilberto Trueba sólo pudo atravesar con el apoyo de su familia:
“Nos fue muy mal. Durante varios meses tuvimos cero visitantes, cero turistas. Nos fuimos endeudando, consiguiendo dinero, con el apoyo de la familia, de poquito en poquito, y de alguna manera continuamos, porque un hotel no puede parar. Tenemos que estar dispuestos a dar el servicio, aunque la gente no llegara. Fue un año y medio muy difícil, pero afortunadamente ya estamos empezando a salir. Tenemos cuatro meses en los que ya no perdemos. Esa es la historia”, recuerda.
Hoy es un día tranquilo, pero los trabajadores estiman que a partir de las cuatro de la tarde la gente empezará a llegar. En tiempos de pandemia, el equipo debe encargarse de brindar la seguridad necesaria para que los huéspedes se sientan bien en términos de higiene y medidas sanitarias.
Alianzas
Desde el principio, Gilberto Trueba supo que como hotelero no podría solo. Con un hotel ubicado en la franja entre Ayala y Cuautla, se tuvo que enfrentar al rechazo inicial de sus colegas cuautlenses, quienes no lo reconocían como parte de la comunidad local y, por otro lado, en su municipio era prácticamente el único empresario del ramo: a pesar de sus atractivos históricos, en Ayala no hay hoteles que promuevan la estancia de los visitantes por más de un día.
“A mí me ha costado mucho trabajo meterme en Cuautla. Primero me aceptaron, pero cuando se dieron cuenta que la ubicación del hotel era en Ayala me apartaron. Pero en estos 15 años me han adoptado. Vamos bien”, reflexiona con nostalgia Don Gilberto.
Al frente de la representación en la zona oriente del estado de los hoteleros de Morelos, Trueba ha ido creando alianzas con el sector turístico, cultural, artístico y económico de la zona, con proyectos que representen un beneficio equitativo para quienes se involucran en ellos. Y esto va desde ofrecer sus instalaciones a voluntarios procedentes de todo el mundo, facilitar la presentación de obras teatrales y capacitaciones en varias áreas: geofísica, cultural y ambiental, por mencionar algunas.
“Aquí los recibimos con los brazos abiertos. Tratamos de dar muy buena atención, tanto en las habitaciones como en el restaurante. Traemos cultura, turismo, pláticas. Hemos estado promoviendo varias actividades. Recientemente, tuvimos voluntarios de siete países en el el hotel. Salió muy bien. Los atendimos bien y se fueron contentos”.
El Hotel Quinta de la Rosa está ubicado en la calle Primero de Mayo, del poblado de San Pedro Apatlaco, en el municipio de Ayala. Durante la estancia, seguro que los huéspedes se encuentran con Don Gilberto, un hombre atento y agradable conversador, que en sus 15 años como hotelero no ha encontrado motivos para rendirse.
“Tenemos que trabajar y darle duro hasta salir adelante. Lo importante es la constancia, el servicio que le damos a la gente. Lo demás es tiempo, organización, promoción, es que lo que nos falta un poco, así como unión. Pero estamos trabajando en eso. Yo estoy convencido de que los empresarios podemos sacar adelante a Cuautla y Ayala”.
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