Especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) asesorarán y supervisarán la intervención en el Palacio de Cortés, sede del Museo Regional Cuauhnáhuac, en Morelos.
Personal especializado desmontará cada una de las piezas que integran la torre para restaurarla desde sus cimientos, debido al desplazamiento que tuvo de cerca de 30 centímetros de desplome, ocasionado por el sismo del pasado 19 de septiembre de 2017, que la puso a punto del colapso.
Este emblemático elemento arquitectónico de la edificación, representativa de la ciudad de Cuernavaca, será intervenido a partir de hoy por un grupo de restauradores de una empresa seleccionada para esta labor y personal del Centro INAH estatal, quienes realizarán una intervención donde privará la pericia y experiencia de los involucrados, debido a la complejidad de la tarea.
El arquitecto responsable del proceso, Antonio Guerrero Arzaga del Centro INAH Morelos, explicó que la torre será desmontada y vuelta a montar piedra por piedra, lo que se desarrollará en aproximadamente mes y medio.
“Se hará con mucho cuidado, ya que son varias toneladas de piedra las que se ‘desarmarán’, posteriormente con el mismo material se volverá a armar el torreón”, señaló.
Construido con piedra y argamasa de cal arena, cuenta con un diámetro de 280 centímetros, 6.50 metros de altura y un peso aproximado de 40 toneladas de piedra.
Aunque debido a la desviación que sufrió de su eje, actualmente está sujeta con una prótesis de metal al interior de la misma que funciona como columna, la cual está asegurada con cintos metálicos.
La fuerza del movimiento sísmico ocasionó que a la altura de las carátulas del reloj, éste sufriera severas fracturas cuyo resultante fue el desplazamiento o giro de poco más de 30 centímetros de desplome.
Reiteró que la intervención se realizará con sumo cuidado, protegiendo a los transeúntes que deambulan por el área conocida como el callejón del Cubo, entre las calles de Juárez y Leyva, donde la torre está ubicada, por lo que se busca evitar un accidente tanto hacia el exterior como al interior, para el buen desarrollo de esta labor.
A propósito del reloj, Guerrero Arzaga comentó que pese a que no sufrió daño en su mecanismo, salvo en las manecillas, se aprovechará para darle mantenimiento, el cual estará a cargo de especialistas relojeros de Zacatlán de las Manzanas, Puebla.
El torreón fue colocado en 1910, para celebrar el primer centenario de la Independencia, en la esquina superior izquierda del inmueble construido en el siglo XVI sobre las ruinas del señorío de Cuauhnáhuac, y que fue la residencia familiar de Hernán Cortés y sede del marquesado del Valle de Oaxaca.