Los paros cardíacos pueden afectar a toda la población, ya que son provocados por el deterioro y la obstrucción de las arterias de corazón; a pesar de que pueden ser detectados y tratados durante "la hora dorada", se han convertido en una de las principales causas de muerte a nivel nacional.
Jorge Oliva Maldonado, subdirector de la clínica hospital Rafael Barba Ocampo del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, explicó que un infarto puede afectar a cualquier persona, y a pesar de que un infarto no se puede predecir, indicó que el factor hereditario, diabetes, hipertensión, una mala alimentación, el no hacer ejercicio, fumar, tomar alcohol o consumir algún tipo de droga, hace mucho más susceptible a una persona de sufrir un infarto.
Hora dorada
Hay un momento que los médicos consideran como "hora dorada", es el tiempo que hay de distancia en lo que el paciente es diagnosticado con un infarto y el tiempo de respuesta de los doctores.
Para detectar un infarto, Oliva Maldonado detalló que deben apoyarse con auxiliares diagnósticos, los cuales son laboratorios y electrocardiogramas encargados de realizar este diagnóstico en un promedio 60 minutos, tiempo que los médicos tienen para poder salvar la vida de la persona.
¿Cómo detectarlo?
Aunque no existen síntomas para detectar un paro cardíaco, este se puede predecir cuando la persona presente dolor repentino torácico que tiende a extenderse al brazo izquierdo, cuello o mandíbula, a lo que se puede añadir sensación de o desmayo súbito, acompañado de sudoración y ansiedad.
Código infarto
Detalló que todas las clínicas públicas y particulares tienen la capacidad de dar respuesta inmediata a este tipo de casos, sin embargo, las clínicas ISSSTE tienen un denominado código infarto, con el cual a través de las redes sociales se enlazan entre hospitales para dar atención inmediata a la persona.
De acuerdo con estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los infartos suelen suceder más a hombres que a mujeres; aproximadamente, el 30 por ciento de las causas de las muertes en México son por infarto, por lo que se estima que en 2030, los infartos representen un 36 por ciento de los decesos de adultos en el país.