El curso de Industrialización de frutas y hortalizas inició ayer en las instalaciones de El Sol de Cuautla en coordinación con la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (Canaco) y la Brigada de Educación para el Desarrollo Rural 105.
Más de una veintena de personas aprendieron a elaborar alimentos para consumo familiar y su comercialización, afirmó Leonel Pinto Fierros, subdirector de la Brigada. En el curso de 40 horas, los alumnos aprenderán a preparar mermeladas, frutas en almíbar, chiles en vinagre y macedonias, con la finalidad de consumirlos en su núcleo familiar o comercializarlos.
Al terminar las ocho sesiones se pretende que los participantes creen sus propios micronegocios, por lo que se buscará apoyo gubernamental con el fin de que adquieran el equipo necesario para comenzar a producir.
Pinto Fierros señaló que la Brigada cuenta con más cursos en los que enseñan a la población, entre otras cosas, a industrializar lácteos (quesos, cremas, tapioca, yogurt o requesón), huarachería y tecnologías domésticas, donde se produce cloro, gel para las manos, cremas, blanqueador, y desinfectante, entre otros productos.
El entrevistado resaltó que estos cursos han tenido buenos resultados, pues algunas personas o grupos, como la cooperativa de Agua azul han logrado conformar sus negocios, ya reconocidos entre los cuautlenses. Fernando Balbuena Jáuregui, presidente de la Canaco Servytur Cuautla, dejó en claro que actualmente trabajan en el siguiente curso, pues la finalidad es ayudar al mayor número de personas posibles.
Angélica Rodríguez Larios es la maestra que está impartiendo el taller, el cual se llevará a cabo los martes y jueves a partir de las 9:30 horas..
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Viven diferentes perspectivas
Para algunos, el curso de Industrialización de frutas y hortalizas representa un aprendizaje; para otros, en cambio, la oportunidad de hacer amigos, desestresarse e incluso mejorar sus relaciones amorosas.
En lo que los grupos del curso Las 10 delicias y Mermeladas artesanales del bosque coinciden es que es una oportunidad de crear micro empresas mejorar su situación económica.
María del Carmen Cabañas de 64 años ve este curso como una oportunidad de desestresarse, olvidarse de sus problemas y hacer nuevas amigas. Platicó que actualmente en el ámbito familiar está atravesando problemas difíciles como una crisis económica, la muerte de su esposo e incluso enfermedades que presenta su madre. Aunque se olvida de sus problemas en las clases, aseguró que no sólo eso es lo que le gusta del curso sino también la posibilidad de emprender un negocio.
El amor es el ingrediente principal en las clases, pues con cinco meses de embarazo María Eugenia Villegas, de 29 años es integrante del equipo denominado «Las 10 delicias», junto con su esposo Humberto Guadarrama Ocampo de 58 años, quien también se inscribió en las clases para poder estar con ella y juntos aprender nuevas cosas.
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Ambos trabajan en una tienda de abarrotes que pusieron en su casa ubicada en la colonia Vicente Guerrero, y coinciden en que este curso representa la oportunidad de crear un negocio familiar para mejorar la calidad de vida de sus dos hijos y el bebé que viene en camino.
Mi oficio era la electrónica pero ya no puedo trabajar como antes pues ya no veo bien. Esto me llena de esperanza pues sé que es algo que puedo hacer junto con mi esposa y con lo que podemos ofrecer una mejor vida a nuestros hijos
María Laudelina González Liévano de 73 años es ,hasta el momento, la persona de de mayor edad del curso, sin embargo dijo sentirse muy a gusto durante su primer día. Con amplío conocimiento en la cocina, ella pretende aprender y mejorar sus técnicas para poder ofrecer alimentos ricos y sanos a su familia, así como comenzar a vender lo que ahí aprenda para ayudar a la manutención de los seis integrantes.
Por su parte Patricia Chávez Alcántara, jubilada del Gobierno del estado, aplaudió que gracias a estos cursos los trabajos artesanales se siguen haciendo, pese a la competencia y lo que la vida moderna implica, son ahora ellas quienes podrán continuar con la preparación de alimentos de una forma natural y artesanal.“Lo que me enseñan, lo aprendo y lo mejor es que me gusta compartirlo. ”.
Martha Patricia González Chaves de 38 años de edad, es una de las integrantes que busca el llevar lo aprendido en el curso a la realidad; es decir, que desde ahora puedan organizarse entre todos los integrantes para conformar una micro empresa.
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