El vicario general de la Diócesis de Cuernavaca, Tomás Toral Nájera, confirmó que el asalto a la feligresía en el poblado de Amatitlán no es un caso aislado, ya que el mismo modus operandi que se ha registrado en esta zona también se ha observado en otra iglesia de la ciudad, por lo cual han llamado a los sacerdotes a reforzar la seguridad, por ejemplo, cerrando las puertas cuando inicie la eucaristía.
Luego de que trabajadores de la Parroquia de San Luis Obispo del poblado de Amatitlán denunciaran que delincuentes usan la táctica de la “mancha” para despojar a los feligreses de sus pertenencias, el vocero de la grey católica en Morelos afirmó que el año pasado la iglesia de la Inmaculada Concepción ubicada en Subida chalma fue víctima de este tipo de actos delictivos.
Si bien no cuentan con reportes específicos, de voz de los laicos es como se han percatado del modus operandi de estas personas, quienes manchan por la espalda a los feligreses de una sustancia para posteriormente ofrecerles su ayuda, llevarlos a la zona de baños y aquí mientras ellos se limpian despojarlos de sus pertenencias.
En la iglesia de la Inmaculada Concepción ubicada se acusaba a un joven, mientras que Parroquia de San Luis Obispo se dice que es una pareja que se viste como personas en situación de calle para pasar desapercibidos.
Ante ello, la Diócesis de Cuernavaca ha informado a la feligresía sobre estos casos para que tengan mayor conciencia y puedan generar su popio protocolo de defensa en el sentido de cuidado por este tipo de robos.
La iglesia diocesana, refirió, ha solicitado también al Clero que cierren las puertas de las iglesias cinco o hasta 10 minutos después de iniciar las celebraciones eucarísticas, lo cual, reconoció, ha causado enojo entre los feligreses que llegan tarde y quieren entrar, aunque ésta es una medida de protección que están aplicando a través de los equipos de voluntarios que han sido llamados desde inicios de la pandemia.
“Ha habido no robos mayores pero sí de repente algún feligrés ha sido asaltado y este sentido de cerrar las puertas, de logística, que los voluntarios de logística de cada parroquia estén como muy atentos a los protocolos nos ayuda para que se disminuyan este tipo de robos”.
El presbítero pidió a los católicos cuidarse en conjunto, ya que no es que las iglesias sean un punto de robo pero como todos los puntos y aspectos puede ser una zona donde algún feligrés pueda caer en las manos de un asaltante.
Finalmente, manifestó la importancia de denunciar este tipo de actos y no quedarse callados, a fin de evitar que se vuelvan a repetir.
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