La Parroquia del Señor del Pueblo, ubicada en Cuautla, luce desde este miércoles 24 de abril su reloj restaurado que fue fabricado el siglo pasado en Inglaterra.
El aparato mecánico estuvo sin funcionar alrededor de medio siglo, hasta que fue reparado por el consejo de economía de la parroquia a indicaciones del padre de la iglesia, Ignacio Ponce Aguilar, ya que su arreglo se realizó con los recursos propios del lugar.
Historia del reloj del Señor del Pueblo
El reloj fue una donación de un alemán que vivió en Cuautla en aquél inicio del siglo XIX. En un viaje por mar y rumbo a su nación, un huracán sorprendió a la embarcación en que viajaba, por lo que al ver en peligro su vida se acogió a la misericordia del Señor del Pueblo, salvando la vida milagrosamente, por lo que en agradecimiento decidió donar el reloj a la parroquia.
Este reloj es producto de un milagro, una expresión de gratitud de este alemán del que no sabemos su nombre pero que como un memorial entregó el reloj que marca la invitación a la comunidad de visitar al Señor del Pueblo
El reloj de la iglesia del Señor del Pueblo vuelve a funcionar
El reloj empezó a sonar desde lo alto del templo religioso, llamando la atención de los feligreses que, muchos de ellos, nunca lo habían escuchado. Y funcionará cada tres horas todos los días a partir de las 6 de la mañana.
Es el caso de Abel González, vecino de este lugar y servidor del templo, quien asegura que a sus más de 50 años “nunca lo había escuchado, desde niño mi madre me traía a misa y la verdad es la primera vez que lo escucho, lo que quiere decir que estuvo descompuesto todo este tiempo”.
Expresó que le emocionó oír sus primeras notas musicales desde el día anterior que iniciaron las pruebas de su funcionamiento: “Es algo celestial el sonido de sus campanas, creo que todos los cuautlenses estamos emocionados porque es algo hermoso, es una emoción que se siente como en las grandes catedrales”.
El reloj más antiguo
La empresa que lo reparó, El Centenario, ubicada en Zacatlán de las Manzanas, Puebla, informó que, con base en su experiencia a nivel nacional es el único reloj de esa antigüedad que se encuentra ahora funcionando.
“En construcción es parecido a uno que se ubica en una iglesia de Guadalajara, pero ahora que le hicieron el trabajo de reparación nos confirman que es el único en el país por los años que tiene al ser fabricado en 1858”, comentó María Elena Fernández, integrante del consejo de economía.
“Es una joya por su antigüedad, y su recuperación se ha logrado gracias a Dios y a toda la comunidad que ha contribuido, todavía no terminamos de pagar, pero sin su ayuda esto no se hubiera realizado”.
La reparación duró aproximadamente dos meses, y por su tamaño de 1.80 metros por 90 centímetros se tuvo que desarmar para trasladarlo hasta el taller poblano.
Entre los arreglos que se le hicieron se le adaptó un carillón para las melodías que empezó a tocar desde lo alto de la torre izquierda de la parroquia, así como un motor para hacerlo eléctrico, ya que su sistema anterior era de cuerda, la cual se le tenía que dar manualmente cada semana para no interrumpir su marcha.
Esta restauración, explicaron, forma parte de los trabajos que se le hacen a la parroquia de cara a la celebración del gran Jubileo del Año Santo de 2025 y que iniciará desde el 24 de diciembre de 2024.
“En el adviento de este fin de año debemos tener listo ya nuestro santuario, y el mismo reloj nos marcará el tiempo, todo esto con los últimos detalles que nos dictará el Instituto Nacional de Antropología para dar la decoración que aún nos falta al interior así como el cambio de piso”, agregó el párroco Ignacio Ponce Aguilar.