La comunidad de Huazulco se distingue en esta temporada de muertos por la producción de las calaveritas de amaranto.
Más de 300 familias de esta localidad se enfocan desde semanas antes a su elaboración producto de la gran demanda por su uso en los altares de muertos.
Gracias a esta actividad, las familias reviven su economía con el incremento en sus ventas hasta en un 50 por ciento.
Incluso dejan de lado la producción de otro tipo de dulces como el jamoncillo, la palanqueta, y demás, para dedicarse día y noche a la elaboración de las calaveritas.
Esther Barreto Morales, en uno de los talleres de dulces típicos de Temoac, explica paso a paso la elaboración de las calaveritas de amaranto.
PROCESO PARA LA ELABORACIÓN DE LA CALAVERITA
Después de la cosecha del amaranto, éste pasa primero a un proceso de tostado, donde la semilla sale ya reventada en bultos de 20 kilogramos, para llegar así a los diferentes talleres de fabricación del dulce.
Ya en la fábrica, se prepara la miel con piloncillo hasta alcanzar cierta temperatura; con agua se vacía el dulce al amaranto en una revolvedora para integrarlo y dejarlo listo para llevarlo a la mesa donde con ayuda de moldes se le dará la forma de calaverita, ya sea en cráneo de diferentes tamaños, o bien en paleta.
Salida la calavera, viene el decorado, para el cual se suele utilizar azúcar glas con diferentes colores y un toque de limón para que el glaseado no se derrita o parta y tenga la consistencia deseada .
En el adorno se pueden utilizan lunetas para los ojos y hasta cacahuate para formar los dientes.
Enseguida se pasa al proceso de secado y después de unos 15 o 20 minutos llega a la última parte que es la envoltura del producto con papel celofán.
Por último las calaveritas de amaranto son almacenadas en cajas para su distribución.