DÍA 43: El grandote y rubio Galeana se ofreció aejecutar la atrevida empresa de tomar el manantial del Almeal,gustosamente el señor Morelos aceptó que Galeana encabezara tanpeligrosa empresa, y su primer paso fue acopiar los materialesprecisos.
El tres de abril en la madrugada de la hoy Alamedasalió Galeana con 60 soldados, todos fusileros, zapodes indígenascargando costales de arena, maderos y cajón de parques, ya cercanoa los canales terraplenados, Galeana ordenó caminaran formando unmedio círculo con los costales tendidos para la protección de lalluvia de balas que les hacían los soldados de Lobera.
Así fue como fueron abriéndose paso y abriendo loscanales terraplenados; todos los insurgentes iban agazapados yprotegiéndose con los sacos de arena que se tendían sobre loscanales abiertos; así se protegieron del fuego voraz que lesarrojaba la tropa realista.
De esta suerte y manera Galeana trabajó desde lassiete de la mañana hasta las cinco de la tarde, en que el capitánMariano Ramírez entró a avisar al señor Morelos que el rubioGaleana “se hallaba ya dueño del ojo de agua, formando labatería para su defensa”.
Rieron mucho y se admiraron más cuando supieron quela atrevida operación sólo les había costado la pérdida de unsaco despanzurrado por una bala de cañón que los alcanzó de lasmuchas que les dispararon de Amilcingo y El Calvario.
Coronó Galeana el fortín construido sobre el ojo deagua con tres cañones y dotaron para su defensa con 60 soldadospermanentes, y se confió el punto al coronel Esteban Pérez.
Es un hecho que las tropas realistas dejarondesamparado completamente el reducto de Juchitengo, por la yarelajada disciplina que sufrían los soldados virreinales, puessólo así se explica que en una operación que duró muchas horas,los insurgentes no sufrieron bajas.
También es necesario hacer una observación ante lapérdida del ojo de agua que tanto dolió al mariscal Calleja: losencargados del cuidado y defensa del Almeal eran ni más ni menosque los soldados españoles del regimiento de Lobera, que hacíamuy pocos días habían arribado de España el 15 de enero de1812.
Estos venían precedidos de fama de valientes ysanguinarios. Así lo habían demostrado conjuntamente con elregimiento de Asturias contra los invasores franceses en su luchapor la defensa de la soberanía desde 1808 en la madre patria.
Los de Lobera y Asturias no fueron bien vistos porlas tropas de la Nueva España por la conducta de soberbios quedesplegaban con ellos, y quizá esta aversión fue la que propicióla pérdida del manantial, porque es difícil creer que a la luzdel día los despojara Galeana y sus hombres, y al analizar laoperación más objetiva, sólo nos lleva a concluir que a loshombres de Lobera los dejaron morir solos; los realistas noapoyaron a los europeos por sus desplantes de superioridad quehacían contra ellos, y fue mayor esta aversión al siguiente díacuando tratan de recuperar el ojo de agua donde los masacra Galeanay, por miedo ya no volvieron jamás a intentar la toma delagua.
