Las temperaturas bajan en esta temporada de invierno, las ventas de gabanes, la prenda típica con la que los habitantes del municipio indígena de Hueyapan se protegen del frío, están aumentando, según afirmó Mireya Salazar, de la asociación de gabaneras “Soame, mujeres de tradición”.
Los gabanes de Hueyapan son conocidos por su calidad artesanal y su significado cultural. Tejidos a mano durante semanas, cada pieza llega a costar hasta tres mil 800 pesos, pero el precio es compensado por la duración del material, de manera que las prendas pueden ser heredadas de una generación a otra:
“Sí nos ayuda el frío. De hecho, nuestros fuertes para ventas son noviembre, diciembre, enero y febrero. Son las fechas en que nosotras vendemos nuestros productos, porque los meses siguientes son de calor”, dijo Salazar.
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En el municipio indígena existen varios talleres en donde las gabaneras le dan forma a estas prendas hechas con lana de borrego y teñidas con colorantes naturales, extraídos de la naturaleza. Así, el amarillo viene de la flor de cempasúchil y el rojo de la grana cochinilla, por ejemplo. Una vez terminadas, las piezas son adquiridas por locales, gente de otros estados y hasta de los Estados Unidos.
“Tenemos clientes de Morelos y de otros pueblos. Aquí nos compran para enviarles a sus familiares de Estados Unidos. De hecho, la mayor parte que nos compran es para enviar a Estados Unidos”, dijo Mireya.
Mientras que los hombres se cubren del frío con los gabanes tradicionales, las mujeres recurren al quexquémitl o “mañanitas”, que son más pequeñas y baratas. Una de estas prendas, de hilo fino, cuesta alrededor de dos mil 200 pesos mexicanos, mientras que un gabán de hilo fino alcanza los tres mil 800 pesos. También hay prendas de hilo grueso, cuya hechura toma menos tiempo y por lo tanto son más económicas.
“Son prendas que se pueden conservar por mucho tiempo y hasta heredar, porque tienen una muy buena duración”, asegura Mireya.