De todos los árboles plantados en diversas campañas de reforestación en Morelos solo un porcentaje mínimo ha sobrevivido debido, entre otros factores, a la falta de mantenimiento y cuidado de las especies.
En los últimos años los ayuntamientos, el gobierno estatal, asociaciones civiles, escuelas, entre otros, han realizado reforestaciones en diferentes puntos de la entidad. Sin embargo, al observar las calles o zonas naturales donde se han llevado a cabo estas acciones los árboles ya no están, solo permanecen los de siempre, los más antiguos.
Por ejemplo, en el Río Cuautla se han sembrado aproximadamente dos mil 860 árboles en los últimos cinco años, pero solo un aproximado del 20 por ciento sobrevive. A nivel estatal se reportan las siguientes cifras: en 2019 la temporada de forestación y reforestación concluyó con un total de 257 mil árboles, de los cuales el 74 por ciento se plantó en la zona de los Altos de Morelos y el 26 por ciento restante en la región del estado.
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En 2020 se destinaron aproximadamente 150 mil ejemplares para plantaciones urbanas, forestales y cercos vivos, los cuales se plantaron a pesar de la pandemia generada por el Covid-19. Un año después. en 2021, el gobierno de Cuauhtémoc Blanco Bravo ejecutó la Campaña Estatal de Reforestación, con la cual se plantaron 123 mil 940 árboles.
En la campaña de 2022 la Secretaría de Desarrollo Sustentable (SDS) incrementó en un 92%, respecto al 2021, la producción de individuos arbóreos, que equivalen a 257 mil 679 árboles plantados.
En este año, la SDS sostuvo reuniones con los alcaldes de los 36 municipios para presentarles el Programa de Desarrollo Forestal Sustentable 2023, con una inversión de un millón de pesos, para la distribución de 450 mil árboles que se planean plantar en breve.
El león no es como lo pintan
Jacob Bolaños Ortiz, integrante del Colegio de Biólogos del Estado de Morelos, opina que en los últimos 10 años las reforestaciones han cobrado mucha popularidad entre la población.
En la región oriente, en la ribera del Río Cuautla se realiza la mayoría de las reforestaciones; no obstante, se desconoce el número total de estas acciones toda vez que algunas se hacen de manera independiente y, además, sin solicitar permisos o apoyos para tales fines.
Pero la mayoría de los árboles no logran sobrevivir y esto se debe a varios factores. Uno de los más importantes es la falta de compromiso y conciencia social con el mismo árbol, pues al menos por los siguientes tres años se le debe cuidar y atender.
Además, según Bolaños Ortiz, se plantan árboles no nativos de Morelos, lo que hace que estos tengan más dificultades para adaptarse y crecer. De igual forma muchas reforestaciones no se hacen en zonas específicas, por lo que cuando el área urbana crece se inunda en época de lluvias y los árboles terminan derribados.
En el mismo Río Cuautla la invasión de familias que construyen su hogar cerca del cauce es un problema que afecta a los árboles, pues crean accesos o pasos para sus viviendas y deciden talarlos. Por si fuera poco, la ganadería también merma el crecimiento arbóreo al ser común observar a ganaderos que llevan a pastar a sus animales y que estos terminen por comerse las las especies recién plantadas.
“Se habla de que se plantaron 100 o hasta mil especies, pero llega el primer año y somos nosotros quienes estamos tratando de conservar apenas el 15 por ciento de esos árboles por todos los factores que ya dijimos, de ahí la importancia de la organización entre ayuntamientos, asociaciones civiles y población en general, que permita el mantenimiento y protección de todos estos árboles”.
Incluso hay casos de vecinos, comerciantes o escuelas que autorizan plantar un árbol a las afueras de su propiedad, pero después piden quitarlo porque “ya no les gustó tener el árbol”. Aunado a lo anterior, las plagas también afectan el crecimiento de los árboles. Tal es el caso del hongo negro, una plaga que se ha esparcido entre los árboles de Cuautla.
¿Cuál es la clave entonces?
“La reforestación es una serie de procesos, no solo es plantar arbolitos, sino que es un proceso de ayudarle a la naturaleza a regenerar las selvas y bosques”, considera José Iván Fernández Galván, consultor ambiental.
Refiere que la cubierta forestal tiene muchos e innumerables beneficios en nuestro bienestar, desde la generación de oxígeno, la retención del suelo, hasta la regulación climática.
El experto señala que las campañas de reforestación exitosas son las que se hicieron de forma organizada, y estas generalmente son realizadas por el sector ambiental encargado de los programas, las autoridades locales y la comunidad.
“Cuando están organizadas estas tres partes es más probable que sí funcione la reforestación, es decir, se selecciona el sitio con la comunidad y se ve el tipo de planta de la región que se va poner; estas reforestaciones tienen mayor éxito que aquellas que son solamente mediáticas".
Agrega que no prosperan positivamente o fracasarán aquellas donde no hubo planeación previa del suelo ni acuerdos con la comunidad, ya que es importante la evaluación y el mantenimiento de las áreas reforestadas.
Es decir, recalca, para tener una reforestación exitosa se requiere seleccionar adecuadamente el sitio, no haber presencia de ganado porque se comerán las plantas, verificar la humedad del suelo en época de lluvias, la altura sobre el nivel y las especies de flora del lugar.
Un año antes se selecciona la semilla que se va a reproducir en viveros especializados; la planta a sembrar deber estar sana porque el proceso de trasplante de vivero a campo la estresará: “Es importante la selección del sitio y una buena reproducción de especie con germoplasma para garantizar que sea mínima la pérdida por sequía de estas plantas”, agrega.
Resalta que las especies que se van a sembrar en una reforestación son como bebés, pues requieren cuidados y tienen necesidades, el viento y la temperatura deshidratan las plántulas, además de que existen plagas que las puedan dañar.
Por lo tanto, acota Fernández Galván, es indispensable la colaboración de comuneros y ejidatarios, quienes como poseedores de las tierras hacen el mantenimiento en las áreas forestales.
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Si se hace la reforestación ellos acuden al lugar a rectificar la mala plantación y dar continuidad al proceso.
Por otra parte, Flora Guerrero, de la asociación Guardianes de los Árboles, coincide en que “cuando es una reforestación solo para tomarse la foto al plantar arbolitos y llevar a gente que no tiene experiencia para plantarlos”, el plan no será exitoso ni representará beneficios.
Indica que no basta con plantar o que sean especies de la región, sino que debe haber un espacio correcto entre cada uno y con una latitud adecuada, por ello deben ser realizadas por expertos en el tema.
Con información de Jessica Arellano
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