Mientras que la trayectoria del rescatista cuautlense Marcos Efrén Zariñana pasó prácticamente desapercibida tras su muerte por las autoridades de Morelos, habitantes de otras partes del país se han dado a la tarea de rendirle homenaje ya sea a través de redes sociales o mediante la particular que se le ocurrió a un grupo de estudiantes de Hermosillo, Sonora como parte de la tradición de Día de Muertos: colocándole una ofrenda.
Así lo hicieron los alumnos del grupo 106 del turno matutino del Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (Conalep) con sede en Hermosillo, Sonora, en colaboración con el profesor Carlos Octavio Díaz Laguna, al instalar una ofrenda en la que se colocaron los alimentos y bebidas favoritas de Zariñana, quien falleció el pasado 26 de octubre, a los 79 años de edad.
De acuerdo con su hijo, David Zariñana, la propuesta vino del propio profesor, quien días antes se comunicó con él planteándole la idea y preguntándole por los alimentos y bebidas favoritos de su padre.
“Hicieron la propuesta y colocaron una pequeña ofrenda, que para nosotros es un homenaje”, relató David.
La ofrenda de los jóvenes fue dedicada no sólo a “La Pulga”, mote que recibió el rescatista desde su infancia, sino también a algunos binomios caninos que participaron en labores de rescate durante los últimos terremotos de México y el mundo.
Tras la muerte de Efrén Zariñana, su hijo lamentó que las autoridades de Morelos estuvieran ausentes de las ceremonias que se realizaron antes y durante su sepultura. Finalmente, sus restos fueron sepultados en el panteón municipal de Cuautla.
Durante el sismo del 19 de septiembre de 1985, en la Ciudad de México, “La Pulga” participó como rescatista voluntario, logrando la extracción de 27 personas de los escombros. Posteriormente, acudió como voluntario a contingencias que se registraron en otras partes del país y el mundo.