Loraine Jaimes Holmes, investigadora del Instituto de Biotecnología (IBT), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dijo que el estrés llega a afectar a los niños y niñas, lo que traerá como consecuencia adultos con enfermedades crónicas a más temprana edad. En el instituto se han desarrollado pruebas con animales sobre el manejo de estrés que son útiles para abordar al ser humano.
“En el laboratorio se han estudiado ya por varios años el efecto del estrés de tipo psicológico, físico, y su impacto en el funcionamiento del eje endocrino que regula la producción de hormonas tiroideas y como impacta en la salud física y mental de un individuo”.
Son usadas ratas de laboratorio en una etapa de desarrollo como la infancia y adolescencia, a ellas se les induce un estrés psicológico desde el nacimiento y sus efectos en el cerebro, la conducta, el metabolismo, hasta que llegan a ser adultas.
La especialista explicó que los efectos en la infancia son variables y dependerán del entorno social de los menores, ya en su etapa de adulto y bajo un entorno social de estrés desarrollarán padecimientos como “depresión, ansiedad, nerviosismo elevado, ingesta elevada de alimentos; otros efectos de tipo fisiológico que permitirán una predisposición a la obesidad, sobre peso; metabólicos como la resistencia a la glucosa, que llevará a la diabetes, alteraciones en la función del corazón, triglicéridos y colesterol altos”.
El estrés está presente a lo largo de la vida, incluso desde la gestación generada por estímulos de alimentación, el estrés de la madre; tanto niños como niñas están expuestos, pero en ciertas edades, en el caso de las niñas, la etapa de la maduración sexual desarrollan mayores niveles de estrés, en el caso de los niños ocurre después.
Como detectar a un niño o adolescente con estrés
La investigadora de la máxima casa de estudios del país, precisó que en los menores se puede observar el estrés cuando están distraídos en sus actividades diarias, tanto en casa como en la escuela. El aislamiento, tristeza, poco ánimo para realizar actividades de su vida diaria, cambios en su alimentación.
Que estén más callados, y más nerviosos.
Los recién nacidos pueden llegar con un estrés fisiológico, interno, no psicológico o mental. “Si tuvo episodios de estrés sin duda afectarán en su etapa de desarrollo y su buena salud, existen modelos en animales, por ejemplo si tienen una mamá que tiene mala alimentación o deficiencias en vitaminas o minerales, si está expuesta a químicos, contaminación, sí tienen un impacto importante”.
Son los primeros tres años de vida los más importantes y sensibles. Si bien el instituto no ha hecho estudios sobre el efecto de la pandemia, si señaló que existen trabajos a nivel nacional que demuestran que el encierro tuvo un efecto “nocivo” en los niños y adolescentes.
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