[Especial] Prueba de Covid-19 con saliva, avance morelense

El laboratorio Cecyc Pharma desarrolló en dos meses una prueba que reduce el riesgo de contagio para el personal médico

Emmanuel Ruiz | El Sol de Cuernavaca

  · sábado 29 de agosto de 2020

El desarrollo de la prueba tuvo un periodo de dos meses/Cortesía Cecyc pharma

La necesidad de traer a Morelos una forma más segura de detectar el Covid-19 que el uso de hisopos nasofaríngeos, invasivos para el paciente y un riesgo para la salud del personal médico, llevó a los investigadores del centro de investigación médica Cecyc Pharma a validar una prueba que funciona con saliva y en la que el personal no tiene contacto con el líquido, por lo que es mucho más segura.

Se trató de un trabajo de dos meses que inició en marzo, justo en el momento en que el Covid-19 llegaba al país y con la abierta intención de aportar al control de la pandemia, según relata Marcos Aguilar Aguilar, director de la Unidad Clínica de los laboratorios ubicados en Xochitepec.

Tenemos un equipo de expertos, doctores en bioquímica y biología molecular que se dedicaron a hacer esa parte en laboratorio, es decir, las pruebas para validar la técnica las veces que sean necesarias.


Para junio, la prueba estaba lista y fue entonces cuando inició la colaboración con escuelas y empresas tanto de Morelos como de otros estados. A diferencia de las pruebas que aplican otras empresas, cuyo trabajo concluye cuando entregan los resultados a los pacientes, el trabajo de este laboratorio también proporciona asesoría y acompañamiento para reducir los riesgos de contagio: una de las cualidades del su test de saliva es que los resultados incluyen la carga viral del paciente.

¿En qué consiste?

Para entender los beneficios de la prueba de saliva desarrollada en este laboratorio primero hay que comprender cómo se realizan las pruebas tradicionales para detectar Covid-19. Estas pruebas se realizan con un isopo que es introducido en una de las fosas nasales del paciente y que se desplaza por el suelo de la cavidad nasal, siguiendo el tabique hasta la nasofaringe. Una vez ahí, la torunda es girada de cinco a diez segundos. Luego, el hisopo se introduce en un transporte adecuado para el virus. El problema, en este caso, es que quien realiza el proceso se ve expuesto a un posible contagio, algo que ya no ocurre con las pruebas con saliva.

“No manipulas al paciente, hay menos riesgo de infección cruzada y menos riesgo para el personal de salud de infectarse. También para el paciente es menos invasivo, no le generas dolor al introducirle un hisopo y no tiene secuelas que le puedan generar molestias en la nariz y la garganta”, explica Marcos.

La diferencia es tal que el propio paciente extrae su saliva sin tener contacto con alguien más. De hecho, la prueba puede ser trasladada hasta al hogar de quien sospecha haberse contagiado.


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