Desde que se empezó a hablar de los millenials, los jóvenes nacidos entre 1981 y 1995, las generaciones que los precedieron parecen enfrentarse a una amenaza: para los Baby Boomers (1946-1964) y la Generación X (1965-1979) no ha sido sencillo hacer frente al mundo diseñado por los milénicos, donde todo parece ocurrir demasiado rápido, con hábitos que podrían poner en riesgo las cosas que siempre habían estado ahí, como sus deportes favoritos.
No es que a los millenials no les gusten los deportes. De hecho, diversos estudios han demostrado que una de las principales características de esta generación es la importancia que le dan a su salud y su condición física: de acuerdo con el estudio Nielsen Sports, elaborado en 2018, el 72 por ciento de los millenials están interesados en el deporte, una estadística mayor que el 65 por ciento del sector conformado por personas de 37 a 69 años de aquel momento.
Si deportes como el fútbol llegaran a estar en peligro de extinción no sería porque los milénicos no se sientan identificados con los jugadores, sino porque, en plena era digital, la duración de los partidos de fútbol les resulta muy larga. A los millenials, pues, les gusta que las cosas pasen rápido: de acuerdo con la Asociación Nacional de Directores Deportivos Universitarios de Estados Unidos, la generación millenial registra 70 por ciento menos de presencia en los estadios de fútbol americano en comparación con sus predecesoras. Y una vez dentro de un estadio, su atención suele ser disuadida fácilmente por el uso de apps en sus celulares. Estos resultados han llevado a la industria del deporte de Estados Unidos a buscar nuevas formas para que los encuentros sean más entretenidos y se adapten a los gustos de todos los públicos.
¿Los millenials ya no quieren deportes agresivos?
Si bien es cierto que otra de las cualidades de la generación millenial es el cuidado que prestan a la salud emocional, y que muchos prefieren correr o ir al gimnasio antes que practicar un deporte rudo, lo cierto es que incluso en las generaciones previas ya había quienes rechazaban formar parte de esas actividades. En cambio, el fútbol americano parece tener hoy un mayor interés por parte de los jóvenes. Así ocurre en México. Específicamente en Morelos.
“Yo creo que el fútbol americano no está muriendo, al contrario: hoy se está practicando más, cada vez hay más equipos tanto de fútbol americano como de tocho bandera, lo que antes no pasaba, había uno o dos equipos, nada más. Es un deporte que no era tan famoso en México, pero que ya ahora ya está tomando importancia”, explica Angélica, una jugadora aficionada de tocho, cuyo esposo e hijo practican fútbol americano. Los dos padres son millenials.
La era digital lo devora todo
Para Joksan Terrones Menchaca, Promotor del Uso Responsable de Redes Sociales y especialista en el tema, la clave radica en la forma en que la era digital ha cambiado el paradigma de la vida social: no sólo las formas tradicionales de consumir deporte están en declive (como asistir al estadio o ver un partido por televisión), sino también otras actividades con las que crecieron quienes hoy son padres o abuelos: la lectura de periódicos o las citas románticas en una cafetería (hoy se “liga” por WhatsApp), por mencionar dos clásicos.
“La tecnología nos va comiendo, va sustituyendo las emociones, el estilo de vida y la forma de relacionarnos. Como bien se dice, hoy el mundo se divide en mundo online y mundo offline”, explica.
Pero mientras que las superestrellas del deporte podrían ser hoy menos conocidas de lo que eran antes, la era digital y el acortamiento de distancias que supone también ha causado que los millenials cobren consciencia sobre los que antes no se hablaba con frecuencia. El cambio climático, por ejemplo. Pero eso es otra historia.