[Especial] En Morelos ganó la política a la ciencia

La reapertura en Cuernavaca, igual que en otros municipios, obedeció a presiones de grupos y no a la reducción de riesgo por Covid-19

Katy Cárdenas | El Sol de Cuernavaca

  · sábado 27 de junio de 2020

Froylán Trujillo | El Sol de Cuernavaca

La rebeldía y las presiones sociales triunfaron sobre la ciencia, eso quedó demostrado en la reapertura de actividades en los municipios mayormente poblados del estado como son Cuernavaca y Cuautla, y no sólo los más densamente poblados sino también los que mas casos acumulan de Covid-19, con más de 706 y 372 respectivamente.

Aún cuando el semáforo se encuentra en color rojo y con ello un incremento importante en el número de contagios, primero Cuautla y luego Cuernavaca deciden ceder a las presiones de comerciantes y empresarios para poner en marcha la reapertura de forma precipitada, de acuerdo con el propio investigador del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), Emanuel Orozco Núñez.

“En el caso de Cuernavaca fue una reapertura precipitada que traerá consecuencias importantes y lo vamos a ver en unas dos o tres semanas, cuando el número de contagios repunte; lo estimado es que la capital llegue a tener hasta 100 decesos por semana”, declaró el investigador respecto a lo que marcaría el final del trabajo que se venía realizando entre la capital y un denominado brazo científico.

Este grupo de 50 investigadores que conformaban el Comité Municipal para atender la contingencia por Covid-19 de Cuernavaca, decide separarse del Ayuntamiento luego de que el edil Antonio Villalobos Adán, “optara por una decisión política”, y dejara de lado las recomendaciones de científicos del Instituto de Biotecnología del la UNAEM, del INSP, entre otros centros.

Unas horas antes de que el Comité Estatal de Seguridad en Salud anunciara uno de los picos más altos en lo que va de estos más de 70 días de pandemia en Morelos, el alcalde de Cuernavaca anunciaba la reactivación escalonada de actividades que se consumaron esta misma semana con el regreso de restaurantes, zapaterías, tiendas de ropa, cafeterías, cines, agencias de viajes y oficinas administrativas.

Las cifras

Ese mismo día, el sector salud anunció la suma de 89 nuevos contagios en todo el territorio, y 40 decesos; para el lunes las cifras no fueron alentadoras ya que se agregaron 106 infectados y 102 muertes por Covid-19.

Para el martes se presentaron 87 infectados más y 88 muertes; 24 horas después fueron 118 más casos con 13 defunciones; al siguiente día 75 infectados y 8 decesos.

Tanto en Cuernavaca como en Cuautla no se han dejado de sumar más casos. Cuernavaca inició la semana con 641 casos y 139 defunciones, para el jueves las autoridades reportaron 706 contagios y 154 defunciones, es decir, 65 y 15 más en ambos rubros.

En el caso de Cuautla arrancó el lunes con 65 defunciones 342 infectados nuevos, para el jueves el acumulado fue de 79 defunciones y 372 contagios, sumando 14 decesos y 30 infectados.

En el municipio de Cuautla decidieron también reactivar actividades no esenciales bajo el argumento de que la economía estaba a punto del colapso, respuestas que para los investigadores no cumple con las ciencias exactas que estiman que Morelos debe continuar bajo el confinamiento.

“No siempre gana la ciencia; está decisión se tomó al margen de la clase científica. Parece que a muchos políticos no se les da la comprensión de asuntos cromáticos... Y justo en el día más negro por #COVID19 en todo #México. No me sorprende lo sucedido; mi experiencia me confirma que la #salud siempre enfrenta el riesgo de ser supeditada a cuestiones económicas, y que no podemos perder de vista a los grupos de presión. Por supuesto que debemos redoblar esfuerzos para revertir estas situaciones”, escribió Orozco en sus redes sociales.

Para las investigadoras Ana Burguette García del INSP, y Brenda Valderrama Blanco del Instituto de Biotecnología (IB) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), no se tiene un pronóstico de cuando estas ciudades podrían cambiar a semáforo naranja pues al ser un virus nuevo y al no existir un tratamiento o una vacuna, la población deberá aprender a vivir por lo menos dos años más con dicho virus.

Hasta que la Organización Mundial de la Salud lo declare erradicado o totalmente bajo control podremos decir que combatimos la pandemia.

Dice Burguette en entrevista.