Las redes sociales han permitido que la sociedad se exprese sobre temas que le atañen, principalmente de política y seguridad. Se han convertido en un medio de comunicación donde las personas pueden interactuar libremente y la información fluye de manera más oportuna y con mayor rapidez, aunque también han dado pie a la desinformación.
Sin embargo, en México, específicamente para los periodistas, la libertad de expresión enfrenta un panorama de violencia que ha convertido a nuestro país en el más peligroso para ejercer el periodismo en el Continente Americano, de acuerdo con la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH); la actividad periodística en el país ha sido sistemáticamente obstaculizada por diversos medios que la censura, directa o indirectamente, además de la estigmatización y descrédito a la labor, que afecta a quienes ejercen este oficio.
De acuerdo con el artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos y en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, se debe garantizar este derecho, ya que es elemental para que cualquier ser humano sea capaz de realizarse y desarrollarse debidamente.
Pero...¿existen límites?
En el artículo 6º de la Constitución Mexicana se señala que la manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que ataque a la moral, los derechos de terceros, provoque algún delito o perturbe el orden público; el derecho de réplica será ejercido en los términos dispuestos por la ley, mientras que el derecho a la información será garantizado por el Estado
Asimismo, se señala que toda persona tiene derecho al libre acceso a información plural y oportuna, así como a buscar, recibir y difundir información e ideas de toda índole por cualquier medio de expresión.
De acuerdo a la Constitución Mexicana una persona puede dar su opinión sin ser investigado por lo que opine; sin embargo, lo será en caso de que provoqué algún delito o perturbe el orden público. Es decir, se debe respetar a los demás individuos y entes, sin ofender, sin generar que se cometa algún delito o alterar el orden en la sociedad, por lo que, en caso de hacerlo, será sancionado.