Cuernavaca ha sido una ciudad muy importante para el mundo del entretenimiento, ofreciendo una serie de opciones a los jóvenes para su recreación y la vida nocturna, destacando principalmente durante la décadas de los 80 y 90 un sinfín de espacios nocturnos.
A principios de los 90 había diversos lugares para disfrutar de la vida nocturna, entre los que destaca el Mosquito, que brindó un concepto diferente con los conciertos en vivo.
"El rock en español estaba en su máximo apogeo y en Cuernavaca había distintos lugares como el Mosquito, La Fragua, el Andiamo, Tequila y Rock Ritual del Perro, especialmente para el rock en español. El Mosquito viene a abrir el parteaguas de los conciertos en vivo y a ofrecer algo diferente", señaló Ray Cárdenas, productor y programador de radio.
El Mosquito, un centro de espectáculos que durante 1990 y 1991 fue el foro más importante para el rock en español, especialmente para la escena morelense, que se vio impulsada con la gestión de este espacio.
"Contra todos los pronósticos, en 1990 se inauguró el Mosquito rokcódromo, un lugar enorme con una producción espectacular en cuanto a audio e iluminación. Se trataba del primer lugar construido exprofeso para tocar y ver rock en directo", escribe Paco López en su libro "Cartografía sonora. Una mirada a la historia del rock en Cuernavaca, 1962-2006".
El Mosquito estaba ubicado en el boulevard Vicente Guerrero (antes Gobernadores), en esquina con Nueva Italia, su inauguración fue en julio de 1990 con un gran evento musical.
"En los medios de comunicación sonó mucho el nuevo lugar de moda y se inauguró el jueves 26 de julio de 1990. El Mosquito fue impulsado por Eduardo y Enrique Corona, encargados de darle vida a ese lugar. Recuerdo que a la inauguración asistieron aproximadamente 800 personas y hubo un cóctel muy elegante", comenta Fernando López, músico y actual integrante de La Bolonchona.
Durante la inauguración se contó con la participación musical de las bandas morelenses Buena Madera y Los Alebrijes.
"Buena Madera estaba integrado por Pepe Madera Ferrón (guitarra y voz), Josué Vishnu Madera (bajo) y Paco López (batería), que fueron los encargados de tocar en vivo aquella noche. También estuvieron Los Alebrijes, que tiempo después se quedaron tocando de planta durante una temporada, solían tocar los martes y jueves, ya que viernes y sábado había otras bandas en vivo", dijo Fernando López.
El músico recuerda que el lugar era muy grande y contaba con todo el equipo necesario para ofrecer grandes conciertos.
"El recinto era de dos plantas muy grandes, con toda la infraestructura y mucha seguridad. Justo contaban con un equipo de seguridad muy bueno para cubrir todas las áreas y hasta tenían perros doberman entrenados para cuidar los autos en el estacionamiento; no eran los tiempos como vivimos ahora, pero sí cuidaban mucho la buena atención y la seguridad, sin duda un excelente lugar".
En el Mosquito se presentaron grandes conciertos de bandas nacionales que actualmente son muy reconocidas, entre las que destacan Argus, La Castañeda, Fobia, Santísimo Mitote, Flor de Metal, Tex Tex, Amantes de Lola, Café Tacuba, Signos Vitales, Crista Galli y Neón.
"Yo trabajaba enfrente de Mosquito, en La Casa de la Hamburguesa, tenía como 16 años y me tocó ver varios conciertos, eran eventos muy padres", destacó Ray Cárdenas.
En 1991, gracias al Mosquito, en Cuernavaca sonaba más fuerte el concepto de Rock en tu idioma y poco a poco fue agarrando fuerza, pues además de presentar a bandas nacionales, se dio una apertura importante a las bandas morelenses.
Entre las agrupaciones morelenses que tocaron en el Mosquito destacan, Padre Nuestro, Eve 3, Mística, Somerek, Los nietos de María Sabina, Buena madera y Los Alebrijes.
Una vida corta, pero llena de rock
Desafortunadamente, el Mosquito cerró en muy poco tiempo pese a ser uno de los foros más importantes en Cuernavaca en aquella época.
"A pesar de contar con la promoción en radio y prensa, así como de un público fiel al local, el Mosquito cerró sus puertas en muy poco tiempo para dar paso a una nueva discoteca llamada El Baby Rock (1994), que luego se convirtió en Mambo Café en 2004. Posteriormente, en 2009 se le llamó Deja Vu, un lugar exclusivo para la gente nice", menciona el músico Paco López.
La Ciudad de la Eterna Primavera se caracterizó por tener espacios nocturnos para los distintos géneros musicales y los diversos públicos, sin embargo, poco a poco fueron desapareciendo.
"Cuernavaca alcanzaba para el rock, la salsa, disco y baile, pero llegó un momento que dejó de haber movimiento; y cuando ya no hubo esa continuidad social, se perdió todo. Yo fui DJ en La Fragua y recuerdo que llegaban los integrantes de Café Tacuba y Caifanes a seguir la fiesta después de sus conciertos en Ciudad de México. Fueron gratos momentos, también la Plazuela del Zacate era un lugar muy importante, ahí cantaba Mario Lara la voz gemela de José José. Y bueno, desafortunadamente el Mosquito estuvo por una época muy cortita, fue producto de la gran variedad que había en Cuernavaca", dijo Ray Cárdenas.
Después de albergar tantos conciertos, y de ser un espacio nocturno para el disfrute de los morelenses y turistas, desafortunadamente, en la actualidad este emblemático lugar se encuentra en total abandono, como un inmueble bastante deteriorado.
Suscríbete a nuestro canal
