Cuernavaca, ciudad de "La eterna primavera" como es conocida a nivel mundial, porque con su clima, bellos paisajes y recursos naturales atrajo y atrae a distintos personajes que han llegado a ser parte de su historia, pues cuando algunos sólo venían de visita se quedaron a vivir aquí cautivados por su medio ambiente, pasando a formar parte de una rica historia que lo mismo se refleja en leyendas que en los edificios que construyeron o ocuparon durante su estancia en la ciudad.
Uno de estos edificios es el Hotel Palacio, localizado en la esquina de las calles de Morrow y Matamoros en el centro histórico de la ciudad, que fue construido por el entonces gobernador Manuel Alarcón a finales del siglo XIX, a finales del año 1800, siendo su residencia oficial, este inmueble llegó a hospedar a el entonces Presidente de la República, Porfirio Díaz, ya que vino a recuperarse al enfrentar un problema de salud, incluso realizaba recorridos a caballo con su hijo Porfirio por el que hoy es el ejido Acapantzingo, acompañado del gobernador Alarcón.
Para finales de los 40 el inmueble se convierte en Hotel Palacio y en restaurante Teresina, que era una cocinera española que hacía una muy buena comida, por lo que la mayoría acudían a comer ahí platillos como la fabada asturiana, el gazpacho, los chipilones en su tinta, dichos platillos eran traídos a Cuernavaca por Teresina.
El restaurante estuvo en operación hasta 1960 y posteriormente lo siguieron manejando otras personas hasta 1974, en ese lugar el periodista Alfonso Camil, que utilizaba el seudónimo para escribir sus historias como Juan Viajero, escribió sobre "El Hotel Palacio: en donde se come a todo lo ancho y a todo lo alto", al referirse a lo basto de la comida y agregaba "entra el cielo azul por las ventanas y los tragaluces", al tiempo en que por igual describió los animales y plantas que había en el lugar.
La propiedad del Hotel Palacio abarcaba un poco más al norte sobre la calle de Morrow, como se puede ver en la cornisa de arriba, que era la misma construcción que abarcaba la casa de junto donde también estuvo el restaurante La India Bonita después de haber estado en la calle de Guerrero, donde había una batea de madera con una india, una indígena vestida a la usanza típica con una blusa bordada, dicha batea al parecer aún existe en el restaurante actual y la imagen de esa india sirvió de inspiración al pintor español Salvador Taracera, quien realizó los cuadros del Jardín Borda y se inspiró para pintar a Maximiliano observado en un cuadro por una india y de ahí surgió la leyenda de la india bonita, de la india enamorada de Maximiliano.
Otro de los edificios emblemáticos que son parte de la rica historia de Cuernavaca es La Casa Mañana, donde a la fecha se encuentra precisamente el restaurante La India Bonita y sobre este inmueble la historia registra que fue propiedad del embajador estadounidense Dwight Morrow, existen versiones como que le pusieron Casa Mañana porque el maestro de obras que la construyó, Francisco Rebollo, todos los días decía cuando le preguntaban cuándo iba a estar lista, contestaba "que mañana y mañana", esa era respuesta a cualquier cuestionamiento del término de su trabajo.
Pero también existe otra versión que investigó el historiador y cronista de la ciudad, Carlos Lavín Figueroa, y en esta se hace referencia que el nombre de La Casa Mañana proviene del "To Morrow", que se refería a que el inmueble se construía para el embajador Morrow y Elizabeth, su esposa, siendo esta casa el lugar donde además el diplomático recibió al pintor Diego Rivera, que aceptó venir a entrevistarse con Dwight Morrow por intermediación del platero Estraplin de Taxco para que pintara los murales del palacio de Cortés, entre los años 1929-1930.
La misma Casa Mañana o To Morrow fue el lugar que recibió al aviador lord Charles Linberth cuando vino de visita a Cuernavaca y llegaba en su avión, aterrizando en una planicie de lo que hoy es Lomas del Carril, en Temixco, inicialmente el piloto vino a visitar al embajador, pero se enamoro de Anet Morrow, hija del embajador con quien se casó y al paso de los años sufrieron la tragedia del asesinato de su hijo primogénito en los Estados Unidos.