En Morelos existen localidades donde las celebraciones de Día de Muertos son las más arraigadas y esperadas, no solo porque representa el regreso a casa de las almas, sino también al ser un momento para compartir con los vivos, conocidos y hasta desconocidos una taza de café, un rico pan de muerto, tamales y hasta en ocasiones platillos más elaborados como el mole, comida favorita de aquel familiar que se adelanto al Mictlán.
Este año, la pandemia de Covid-19 ha paralizado estás grandes fiestas; en el poblado de Ocotepec y el municipio de Tepoztlán, reconocidos a nivel nacional e internacional por esta importante conmemoración, restingirán el acceso a personas externas a las comunidades, además mantendrán cerrados los panteones; no obstante, la instalación de ofrendas continuará, pero solo en los domicilios, sin acceso a visitantes.
Desde el 18 de octubre en las iglesias de Tepoztlán comenzaron a sonar las campanas; de esa manera dieron inicio a los rosarios en espera de los fieles difuntos. Cada año, el 1 de noviembre (Día de Todos los Santos) los hogares tepoztecos se iluminan con veladoras, flor de cempasúchil y olor a copal, instalando ofrendas de diferentes tamaños; sin embargo, este 2020 la entrada será limitada.
Ante la emergencia sanitaria, chicos y grandes tendrán que esperar para pedir calaverita con la tradicional chilacayota, en este tipo de cucurbitáceas se trazan diversas figuras con un plumón, posteriormente se le quita el relleno para colocar una vela, la cual “alumbra el camino” de las ánimas que regresan para estar –una vez al año- junto a sus seres queridos.
En el pueblo mágico, desde el 26 de octubre y hasta nuevo aviso cerraron el panteón de la cabecera municipal, esto al denunciar en redes sociales “ha sido utilizado como basurero, sanitario público, y han ocupado el lugar para la ingesta de bebidas alcohólicas”.
Sin embargo, como un mecanismo para recordar las celebraciones pasadas, el área de Comunicación Social de la comuna tepozteca instaló en el pasillo de la presidencia municipal una exposición temporal de fotos dedicada al Día de Muertos que permanecerá hasta el 9 de noviembre, un día después a que terminen las celebraciones en el poblado.
“Para Ocotepec el Día de Muertos significa tristeza, pero también alegría porque todo ese dolor que siente uno de la pérdida de un ser querido se convierte en cierto modo en alegría, los abuelos decían que a partir del 23 de octubre que empieza la novena, ya estén entre nosotros los difuntos y se van hasta el 8 de noviembre a las 7 de la noche, son 15 días que están entre nosotros, por eso es tan importante esta fiesta para el poblado”, afirmó Miguel Ángel Ojeda Hernández, ayudante municipal de Ocotepec.
En esta ocasión, los altares, que reflejan el sincretismo del viejo y el nuevo mundo, se podrán llevar a cabo pero a puerta cerrada en los domicilios correspondientes; será la misma familia del difunto quien decidirá si permiten el acceso.
El 2 de noviembre solo habrá acceso al panteón municipal para las familias con “cera nueva”, es decir, aquellas a quienes un familiar falleciera este mismo año, aunque solo habrá acceso a 3 personas por familia. La tradicional misa en esta fecha se efectuará pero con una mínima afluencia.
Ojeda Hernández puntualizó que no se permitirá la entrada al poblado a personas extranjeras, vecinos de otras colonias y ciudades.
En esta ocasión el Día de Muertos se seguirá festejando en Morelos, si bien no frente a grandes multitudes, sí con las personas más amadas.