El 19 de septiembre de 2017 quedó marcado para siempre, y a pesar de que a dos años la vida se ha normalizado, aún existe el temor por que vuelva a temblar.
Fue un martes, lo recuerdo perfectamente, yo estaba trabajando, pues fue como a la una de la tarde cuando se empezó a mover la tierra muy fuerte, salimos para resguardarnos y esperamos a que pasara el temblor, lo que vino después nos cambió por completo la vida, dijo Berenice Torres Pérez, afectada de Tetelcingo.
Tetelcingo fue el lugar donde se registró la muerte de un menor de edad que se encontraba en lo alto de la capilla de San Nicolás Tolentino, cumpliendo una de las tradiciones de repicar las campanas cuando se encuentran en su interior las "cunas" de Santo Entierro y Cristo Crucificado.
Brandon era un niño de 11 años que le gustaba ir con sus amigos a subir al campanario de la capilla para hacer sonar la campana, como parte de una tradición permitida por los mayores.
El 19 de septiembre del 2017 no fue la excepción, Brando junto con otro amigo al salir de la escuela corrieron a la capilla; estando en lo alto empezaron a sentir el temblor bajando lo más rápido posible, desafortunadamente, sólo uno se pudo salvar, mientras que el cuerpo de Brandon quedó enterrado bajo los escombros de la capilla construida en el siglo XVII.
Antes y después
El poblado indígena fue una de las zonas en Cuautla más afectadas por el sismo del 19 de septiembre. Casas, iglesias y escuelas tuvieron que ser reconstruidas.
El panorama en los siguientes días del sismo era desolador, pues se podía ver a familias llorando por haber perdido su hogar, su único patrimonio, así como escuchar a los más ancianos decir que nunca había pasado algo igual, incluso que pensaban que a ellos nunca les iba a ocurrir esto.
A dos años de tal acontecimiento la vida ha regresado a la normalidad para la mayoría de los pobladores de Tetelcingo, sin embargo hay otros que apenas están empezando a salir adelante, toda vez que el apoyo para reconstruir sus casas apenas llegó, tal es el caso de la Unidad Habitacional Infonavit de Tetelcingo, en donde 28 departamentos resultados con daños graves por lo que era necesaria su demolición, misma que a menos de un mes decumplirse el segundo aniversario inició.
Las viviendas
Berenice Torres junto con otras dos mujeres, amas de casa, perdieron sus viviendas ubicadas en el mismo terreno en la calle José. Ma. Morelos y Pavón en Tetelcingo.
Antes del 19 de septiembre se podía ver a tres casas, una seguida de otra, pero con el sismo se redujeron a escombros, se habían quedado sin un lugar donde dormir, o donde reunirse para comer.
Después de ahí vinieron días difíciles, “nos decían que el apoyo ya venía que aguantáramos, y así pasaron los primeros seis meses hasta que por parte del Fondo de Desastres Naturales (Fonde) nos construyeron nuestra casa”, recordó Berenice Torres.
En el caso de Ana María Balón Hernández, su casa fue construida con apoyo del programa Unidos por Morelos, y así la mayoría de los pobladores lograron rehacer su vida.
Pero aunque parezca que ya las cosas son normales, aún vivimos con el temor de que vuelva a temblar igual de fuerte que hace dos años. Queda una trauma que no sabemos cuánto nos va a durar, pero lo que hacemos es encomendarnos a Dios, señaló.
La iglesia
La capilla de San Nicolás Tolentino resultó severamente dañada, lo que la llevó a que un grupo de pobladores la terminaran de derrumbar sin autorización del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) lo que ocasionó que se recibiera una multa económica.
Hasta la fecha, el proceso jurídico continúa, por lo que a dos años los escombros de la capilla aún sigue en el mismo lugar.
Ya queremos que nos den solución, ya queremos limpiar este lugar y reconstruir, queremos tener nuevamente nuestra capilla para poner a nuestros santos, dijo Juan Bollero, Mayordomo.