De todas las formas y de muchas maneras el mundo donde vivimos nos reclama y recuerda con incendios forestales, disminución de manantiales de agua, retraso en las estaciones del año, adelanto de las lluvias, aumento de la temperatura, sequias largas, el daño que le hacemos, por lo que desde el 2007 el 27 de marzo se ha denominado La Hora del Planeta.
En esta fecha se realiza un apagón eléctrico voluntario en el que se pide a las personas y empresas que apaguen luces y aparatos eléctricos no indispensables durante una hora, desde las 20:30 hasta las 21:30 horas.
Ariadna Urbina, de la organización Impulsac Morelos, comenta que es contundente cuando habla del tema, "la hora cero del planeta es ahora", muchos no le dan la importancia que tiene cuando las temporadas de calor son más intensas o hay protestas por la falta de agua en las colonias, cada vez hay más incendios forestales y las especies de aves comienzan a desaparecer.
Sobre el apagón del 27 de marzo comentó que sin duda estas acciones sirven para visibilizar el problema del cambio climático y evitar que esto se normalice, "sobre todo el impacto que está teniendo el planeta que nos merma en la salud".
Desafortunadamente esta convocatoria no ha tenido mucho eco y por lo tanto ha servido de muy poco, y es urgente “ser receptivos a una situación como esta, pero también es necesario imponer normas o nuevas reglas que realmente reflejen la realidad que hoy tenemos en el día a día”.
Aceptó que hay un avance importante con la eliminación de las bolsas de plástico, aunque luego hay mensajes actuales con la pandemia que piden que cada cubrebocas ya usado sea desechado en bolsas de plástico. Un apunte adicional de Ariadna Urbina es que los responsables de elaborar la legislación nacional no han puesto atención de que éstos se oponen drásticamente a los tratados internacionales firmados por el Estado mexicano, particularmente por el acuerdo de marzo donde está pendiente la disminución equitativa de las emisiones de efecto invernadero y a tecnologías amables con el ambiente, pero que hoy no se están cumpliendo.
Para el próximo 27 de marzo el llamado es a las personas a apagar sus luces durante una hora, crear conciencia sobre el cambio climático y hacer compromisos ambientales en beneficio de nuestro planeta. De esta manera, el objetivo es concientizar sobre la necesidad de tomar medidas urgentes contra el cambio climático producido por la actividad humana. También se quiere ahorrar energía, reducir las emisiones contaminantes, al igual que la contaminación lumínica.
Es decir, la Hora del Planeta es una oportunidad única para movilizar a individuos, empresas y gobiernos para revertir la pérdida de naturaleza; el objetivo es lograr un plan global ambicioso que transforme la relación de la sociedad con la biodiversidad y encamine a la naturaleza hacia su recuperación para 2030. "El decenio decisivo empieza ahora".
“La Hora del Planeta nació en Sidney en 2007 como un gesto simbólico para llamar la atención sobre el problema del cambio climático. Un sencillo gesto que consiste en apagar las luces de edificios y monumentos durante una hora. Con los años, se ha convertido en el mayor movimiento mundial en defensa del planeta, del que ya forman parte miles de ciudades de casi 200 países, que en pasadas ediciones apagaron más de 17.000 monumentos y edificios tan emblemáticos como la Torre Eiffel o el Coliseo”, destaca el portal de La Hora del Planeta.
La huella de carbono
Pero el problema no es menor, de manera consciente y a veces probablemente no, el daño que se le hace al planeta proviene de varios frentes, y por eso hoy es posible incluso saber de manera individual o grupal cómo contribuimos en el día a día con nuestras acciones a este daño.
“Comúnmente la huella de carbono se define como la cantidad de gases de efecto invernadero emitidos a la atmósfera derivados de las actividades de producción o consumo de bienes y servicios de los seres humanos, variando su alcance, es decir, son las emisiones directas de CO2 a otras más".
Otra explicación señala que “son los gases emitidos de forma directa, por ejemplo, por el uso de combustibles fósiles en maquinaria o vehículos, por pérdidas de gases refrigerantes o por reacciones químicas durante los procesos productivos de la organización”.
Pero en realidad “la Huella de Carbono (HDC) se refiere al impacto ambiental que se produce como consecuencia de la generación de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI). Implica el cálculo de las emisiones de los GEI asociadas con una organización, actividad o ciclo de vida de un producto o servicio”.
También se ha determinado que existe la huella de carbono personal, esta se puede conocer como la medida del impacto medioambiental de un individuo, organización, servicio o producto, teniendo en cuenta todos los GEI que emite. Por último, pero no menos importante, tenemos lo que se llama la huella de carbono personal, es decir, cada uno de nosotros deja una huella de carbono en el planeta según el consumo y tipo de hábitos que se realicen día a día desde la alimentación, o como se hacen las compras diarias, el consumo energético cada día, qué medio de transporte se usa, entre otros.
En el informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de este año, se incrementa la probabilidad de que el cambio climático sea debido al ser humano hasta un 95 por ciento. Además, de los 18 a 59 centímetros que se esperaba en 2007 que creciese el nivel del mar a finales de siglo, ahora esos datos se disparan de los 26 a 82 centímetros.
Pero como todas las actividades que hacemos tienen que ver con este daño gradual al planeta, hay otras por la forma en que se llevan a cabo que también impactan, como es la agricultura y deforestación, que son responsables de cerca de un cuarto de las emisiones mundiales de GEI debidas a la acción del hombre según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés), que asegura que si incluimos los cultivos, la ganadería, la silvicultura y la pesca, las emisiones casi se han duplicado en los últimos 50 años y pueden aumentar en otro 30 por ciento para el año 2050.
Sin embargo, se ha clasificado que son en total nueve actividades que tienen impacto debido al uso de herramientas, procesos o cambios de hábitos que han tenido en todos estos años y ocurren en la ganadería, producción de energía, sistema alimentario, transporte, edificios, industria y residuos.
Acciones a favor del planeta
- Sustituir los focos convencionales por focos de bajo consumo
- Apaga las luces que no necesitas
- Desenchufar la televisión si no estoy viendo
- Apagar la computadora si no la uso
- Ducharme máximo 5 minutos. Las duchas cortas no solo ahorran agua, sino que también ahorran la energía que se necesita para calentarla
- Utilizar más transporte público o compartir mi auto con quienes están en mi ruta.
- Caminar o usar la bicicleta para distancias cortas
- Llevar tu auto al taller regularmente para asegurarte que los filtros de combustible, aire y aceite sean reemplazados oportunamente
- Reducir el número de vuelos en avión, intenta encontrar un vuelo directo en lugar de uno con escalas
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