A escasos días de cumplirse dos años del sismo del 19 de septiembre de 2017 que conmocionó a todo los morelenses y cambió la perspectiva de solidaridad, condóminos del edificio Alonso en el primer cuadro de Cuernavaca, no han podido regresar en su totalidad a sus viviendas, denunciando el olvido de las autoridades, no sólo del sexenio pasado sino también del actual, debido a la falta de apoyo y engaño que padecieron por programas como el Fondo de Desastres Naturales (Fonden), Unidos por Morelos y hasta de personas externas.
“Aunque por los años ya había cierto deterioro del inmueble. El sismo se vivió de una manera tan terrible, yo tengo 63 años, y jamás en mi vida había sentido una cosa tan terrible. Todavía cuando me subo a un elevador y empieza a temblar tantito, me da mucho miedo… vuelvo a recordar. Tronaba todo, se levantaron los pisos, los azulejos, era impresionante”, recordó Marco Antonio Reyes Montoya, quien vivía en el pabellón "C" de los famosos edificios naranjas.
Señaló que percatarse de que el departamento que con tanto trabajo logró comprar, estaba inhabitable, ha sido lo peor de toda la experiencia. Los edificios Alonso registraron afectaciones en paredes, pisos y la estructura, incluso las varillas de las columnas y las trabes quedaron expuestas. Los cuatro pabellones, que albergan 36 departamentos, tuvieron que ser desalojados por el riesgo.
A la fecha, solo 20 departamentos están ocupados, en los pabellones “A” “B” y “C”, 6 departamentos de cada pabellón, en el pabellón “D” solo 2 departamentos están habitados. Las familias que ahí viven se vieron en la necesidad de volver a habitarlos aún con los daños y riesgo que esto implica mas allá de que estén en pésimas condiciones ya que su economía no les permite rentar en otro lado.
Reyes Montoya mencionó que el departamento donde vivía con su esposa e hijo, situado en el primer piso del pabellón "C", uno de los más afectados, lo adquirió en el 2005 a través del Instituto de Crédito para los Trabajadores al Servicio del Gobierno del Estado de Morelos (ICTSGEM); sin embargo, pocos meses antes del siniestro terminó de pagarlo aunque no esperaba que por dos años, tendría que dejar atrás su patrimonio; “se fueron todos los ahorros de mi vida y ahora tengo que volver a pagar rentar y volver a empezar”.
Precisó que tras la tragedia, acudieron al Gobierno Federal y Estatal, esperando ser auxiliados por las promesas de apoyo a los damnificados, los censaron en diversas ocasiones, y entregaron una gran cantidad de papeles que demostraban los departamentos si les pertenecían, pero la sorpresa fue que las tarjetas del Fonden y Unidos por Morelos nunca tuvieron fondos, sólo para aquellos que tenían conocidos, como dos o tres familias de los edificios.
Por ello, el psicólogo clínico se vio en la necesidad de pedir un préstamos bancario que hasta el momento continua pagando, ya que además un ingeniero que supuestamente los ayudaría con el levantamiento para conocer los daños en la estructura, nada más abuso de su necesidad, entregándoles proyectos donde la restauración salía a cada departamento tendría un costo de 10 mil pesos, más nunca les dijo la realidad de la situación.
Ante este panorama, el condomino hizo un llamado al gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo, al alcalde Antonio Villalobos Adán, y a las autoridades federales, encabezadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador a que no los olviden, “si ya tuvimos un gobierno que se fue y que no nos dio la mano, esperemos que este gobierno no se olvide de nosotros".