Jorge Alberto Reyes Esparza, investigador de tiempo completo en la Facultad de Farmacia de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), junto con otros colegas, desarrolló un producto denominado BIO L6, el cual son probióticos para el cuidado de la flora intestinal, y pronto espera, para ayudar en el tratamiento de enfermedades como el autismo.
El también docente de la Facultad de Farmacia señaló que históricamente nos han enseñado que las bacterias son malas, pero tanto existen buenas como malas, también las que ni te benefician, ni te afectan, sin embargo los probióticos son bacterias que ayudan al ser humano a la buena digestión y nos defienden de las bacterias malas o patógenas, ya que se encargan de competir por alimentos, y se alojan en los intestinos para evitar que se reproduzcan las bacterias malas.
El investigador de la UAEM junto con investigadores de la Universidad y otras instituciones han unido sus conocimientos para crear un producto denominado BIO L6, uno de los pro bióticos más completos que existen en México y América Latina, ya que cuenta con 20 distintas cepas, mismos que distribuyen en Facebook.
Asimismo, desarrollan este producto para el tratamiento de niños con autismo, y para ello trabajan con una universidad de Filadelfia, donde se realizará un estudio clínico, "ellos lo van a desarrollar, y aplicar con grupos en México". Actualmente, el producto que desarrollaron se comercializa como suplemento, pero los estudios y valoración de la universidad en Estado Unidos espera elevarlos al rango de medicamento.
Indicó que los probióticos no solo sirven a la flora intestinal, o metabolizar, puesto que recientemente se han asociado alteraciones en la microbiota con enfermedades tipo la obesidad, tipo crónico degenerativas, diabetes y muy curiosamente con enfermedades del sistema nervioso central; como la depresión que está relacionada con una microbiota alterada, por lo que a los pacientes se les ha dotado de probióticos como parte de su tratamiento y así mejorar su estado de ánimo.
Jorge Alberto Reyes Esparza indicó que se ha hablado que algunos nervios transmisores como son gaba y serotonita, asociados a niños con autismo, enfermedad que se genera durante el embarazo, debido a que durante la gestión la madre comió algo que dañó al producto, por ello, en niños con autismo se usan los probióticos para favorecer su microbiota, ayudando a mejorar su comportamiento y su manera de relacionarse con los demás.
Finalmente, precisó que los probióticos no curan el autismo, ya que actualmente no existe una cura, pero sí ayudan a mejorar en ciertos aspectos, los cuales mencionó anteriormente.
Los intestinos tienen entre 300 y 500 distintos tipos de bacterias, por lo que con este probiótico se busca mejorar la flora intestinal y se adapte a cada persona.