Entre todas las especies animales que comparten territorio con los habitantes de Morelos, hay una en particular que suele dejar decenas de enfermos, principalmente durante la temporada de lluvias: el mosquito Aedes Aegypti, transmisor del dengue, la chikungunya y la fiebre de Zika, cuyo origen nos remonta al continente africano, pero cuya descendencia supo reproducirse en las regiones tropicales del continente americano. Las de México, entre éstas.
De acuerdo con el último Informe Semanal para la Vigilancia Epidemiológica de Dengue, emitido por la Secretaría de Salud del gobierno federal, Morelos se encuentra entre los 10 estados con mayor número de casos de dengue, una enfermedad que si bien puede evolucionar y desaparecer sin que el infectado se percate de ello, dado que sus síntomas son muy parecidos a una fiebre común, puede ser tan letal como para causar la muerte: de los 121 casos que se han presentado este año en Morelos, 85 de ellos corresponden a las clasificaciones DCSA + DG, es decir, dengue con signos de alarma y dengue grave. Entre la población, el término más usado es "dengue hemorrágico".
¿Qué hacen las autoridades?
El mosquito Aedes Aegypti es, en efecto, un habitante permanente del estado: a pesar de los esfuerzos que las autoridades de salud han realizado para erradicar su propagación, y de que hay periodos de tiempo en los que su incidencia suele ir a la baja, la temporada de lluvias genera el ambiente ideal para que su reproducción aumente de nuevo.
"Su comportamiento en el estado es endémico, todo el año lo tenemos, pero los casos aumentan en esta temporada de lluvias", explica César Miguel Eroza Osorio, jefe del Departamento de Epidemiología de los Servicios de Salud de Morelos (SSM).
Para combatirlo, los SSM han creado una estrategia minuciosa: cada vez que las unidades de salud detectan un nuevo caso, el personal registra el domicilio del paciente. Más tarde, se envía una brigada a la casa del paciente, no sólo para fumigar su hogar, sino también los de las familias que viven cerca.
"Los criaderos de la mosquita pueden existir en espacios tan pequeños como una taparrosca o una corchocolata, donde las larvas pueden eclosionar y convertirse en moscos adultos", explica Eroza Osorio.
Junto con los pobladores, a quienes se les instruye sobre la importancia de descacharrizar el hogar, tirando a la basura aquellos contenedores que puedan almacenar agua y no tengan utilidad, y tapando, lavando y volteando aquellos que sí la tengan, los SSM buscan que enfermedades como el dengue, la chikungunya y la fiebre de Zika dejen de ser un riego para el estado. Por lo pronto, han evitado decesos en los últimos tres años.