El desarrollo de las sociedades en el mundo conlleva a que el ser humano invada, de manera permanente, parte del hábitat de los animales y ocasiona la disminución o desaparición de algunas especies, con la consecuente afectación a la biodiversidad.
En su afán de continuar con su progreso, la sociedad olvida la importancia de los animales y sus derechos.
En el marco del Día Mundial de los Animales Gerardo Ceballos González, investigador del Instituto de Ecología (IE) de la UNAM, aseguró que por increíble que parezca, la mayor parte de las especies de fauna, flora y microorganismos silvestres son aún desconocidos.
Se han descrito alrededor de dos millones de plantas y animales en el mundo y se estima que puede haber entre 50 y 100 millones, pero si se incluyen a los microorganismos la cifra podría ubicarse en 24 mil millones de especies.
Sin embargo, todo esto está en peligro de desaparecer por las actividades del ser humano. Se estima que entre 30 y 40 por ciento de todas las especies de plantas y animales están en peligro de extinción. Las consecuencias de la pérdida de la biodiversidad son catastróficas, alerta.
Respecto a los factores causantes de las extinciones, menciona que influye el crecimiento de la población humana a nivel mundial, ya que cada día aumenta en aproximadamente 300 mil personas, los patrones de consumo y las tecnologías ineficientes.
Esto se traduce en la destrucción de los ambientes naturales, el tráfico ilegal, la sobreexplotación de especies, la contaminación, la introducción de especies exóticas y más recientemente, el cambio climático.
Las consecuencias
En México, el tráfico, consumo y sobreexplotación de especies es tan grande que nos ha llevado a la aniquilación biológica y a la pérdida de algunos beneficios que obtenemos gratis del buen funcionamiento de la naturaleza. Es necesario entender que nuestra calidad de vida y la vida misma, depende de la combinación correcta de los gases de la atmósfera, de plantas, animales y ecosistemas silvestres, puntualiza.
En la UNAM se realiza investigación científica de excelente calidad, ya que particularmente los proyectos y enfoques en el tema de los animales son enormes. En el Laboratorio de Ecología y Conservación de Fauna Silvestre del IE se genera conocimiento sobre vertebrados y se aplica para la conservación de especies y ecosistemas en México.
El experto destaca que en los últimos 65 millones de años han ocurrido extinciones normales y de acuerdo con un estudio que realizaron en este Laboratorio, las especies que desaparecieron en los recientes 100 años debieron extinguirse en 10 mil años; esto demostró que las tasas de desaparición actuales son grandes y severas.
Hemos afirmado que estamos entrando a la sexta extinción masiva, ya que las actividades humanas están teniendo un impacto muy grande y de no hacer algo severo por los demás seres vivos en los próximos 15 años ya no habrá vuelta atrás. La buena noticia es que todavía hay tiempo para salvar la fauna, pero la mala noticia es que la ventana de oportunidad que tenemos es pequeña, tal vez 15 años o menos, asegura.
Es necesaria la conciencia ambiental
De acuerdo con Ceballos, es necesario entender que hay acciones que se pueden llevar a cabo para salvar la vida en el planeta. Existen casos de éxito en los cuales se logran recuperar especies, como en México que se reintrodujo el bisonte en la Biósfera de Janos, Chihuahua; o el del jaguar, pues en 2010 había alrededor de cuatro mil y para 2018 la cifra alcanzó los cuatro mil 800.
La conservación de la naturaleza, manifiesta, es algo que enaltece al alma humana y aunque se conoce muy poco sobre la gran diversidad que hay, cada año se hallan nuevas especies. En los últimos 10 años se encontraron más de 500 especies de mamíferos, y en 2020 hallaron una nueva especie de ballena, de monos, aves e inclusive peces.
A nivel internacional hay mucho por hacer. Existen programas importantes para la conservación de la naturaleza, muchos grupos que salvan especies, incluso ahora con las redes sociales circulan cartas para firmarlas y apoyar estas causas, alienta.
A nivel de casa, asevera, cada persona puede contribuir al disminuir el consumo energético, de artículos de uso personal e incluso participar en actividades medioambientales, como reforestaciones; además, evitar comprar productos elaborados de especies en peligro de extinción o tener animales silvestres como mascotas.
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