Uno de los medios de transporte público que se popularizó en todo el país es el colectivo con itinerario fijo, que empezó su efervescencia apenas al final del siglo pasado.

En Cuautla no fue la excepción. Uno de los medios que vino a desplazar a los autobuses urbanos que circulaban por toda la ciudad y municipios de la región oriente fueron las llamadas combis.

Tan popular se convirtió que a los choferes de las colectivas, concesionarios y todo aquel trabajador de este medio de transporte se les conoce hasta el día de hoy como “cumbieros”, pese a que este tipo de vehículos se dejaron de utilizar en 2013, cuando fueron retirados del mercado por su fabricante.

Una vida al volante

Juan y su familia son concesionarios de la Ruta 4 de Santa Inés. Es uno de los que iniciaron con este sistema de transporte en 1989.

En aquel año su mamá hizo todos los trámites para obtener una de las primeras concesiones que repartió el gobierno.

Él, con apenas 18 años, uno de sus hermanos y su papá se habían ido meses antes a trabajar a los Estados Unidos.

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Ya estando allá, su mamá les dio la noticia de que tenían la concesión para trabajar en la naciente Ruta, y sin pensarlo dos veces, lo que habían juntado en dólares lo utilizaron para adquirir su primera combi, regresando después de un año a México para dar de alta la unidad y empezar así su aventura como transportistas.

Así como esta historia, muchas más se escribieron en cientos de hogares que encontraron en este negocio desde aquellos primeros años la manera de trabajar para salir adelante.

Las reinas de la ruta

Este sistema de transporte vino a desplazar a los largos autobuses urbanos ante la necesidad de la creciente población de Cuautla de contar con un servicio de mayor cobertura.

Sus inicios en Cuautla fueron a finales de 1988 cuando todavía gobernaba Morelos Lauro Ortega Martínez, comentan algunos primeros transportistas de la época.

Fue el mandatario quien autorizó las primeras unidades, aunque en ese momento no eran las clásicas combis de la marca alemana Volkswagen, sino unidades de la firma japonesa Nissan las cuales empezaron a funcionar en Chalcatzingo, en Jantetelco.

Los primeros vehículos que empezaron a circular por las diferentes colonias eran modelo 1980, todas con un característico color blanco.

Durante la administración de Antonio Riva Palacio López se concesionó este transporte, logrando a partir de ahí adaptar diferentes colores para darle una mejor identificación al usuario.

Pero la diversidad de colores y tonos no fue al gusto de los propietarios; más bien fueron definidos mediante un sorteo que realizó la entonces dirección de transporte del estado de Morelos, mismos colores que se mantienen vigentes.

Como ejemplos, el azul cielo es característico de la ruta 1, el azul más fuerte de la 2, el verde de la ruta 3, el rojo de la 4, y así hasta ponerle color a las 12 rutas que existen en el municipio.

Pero con el surgimiento y proliferación de este sistema de transporte, también llegaron los conflictos entre el mismo gremio transportista con la aparición del pirataje de unidades y con el ingreso de más concesiones que inconformaron a muchos de lo que llegaron primero a sacar jugo de este lucrativo negocio.

El surgimiento de lideres de rutas y los intereses políticos de los gobiernos en turno también empezaron a viciar este medio de transporte, volviéndose una lucha donde al final el principal perjudicado ha sido el propio usuario.

Las rutas y ramales

Las primeras rutas de combis en Cuautla se establecieron en el orden como se fueron registrando, quedando de la siguiente manera:

• Ruta 1 Unidad Habitacional Piedra Blanca y sus diferentes ramales
• Ruta 2 Casasano
• Ruta 3 de Calderón y Palo Verde
• Ruta 4 Santa Inés, Año de Juárez, Miguel Hidalgo, Tecnológico
• Ruta 5 Juan Morales
• Ruta 6 Tetelcingo y Cuauhtémoc
• Ruta 7 corre a la ex Hacienda El Hospital y Puxtla
• Ruta 8 Iztaccíhuatl, Galeana y Niño Artillero
• Ruta 9 Otilio Montaño, Tepeyac, Fovissste, Benito Juárez, Paraíso y Trinchera
• RUta 10 al Parque Industrial
• Ruta 11 Agua Hedionda
• Ruta 12 Gabriel Tepepa y sus ampliaciones, incluyendo Bisnaga.

La historia de un líder

Marco Antonio Rosete Algandar fue un líder transportista que inició como chofer y luego tras ser concesionario, encabezó una de las dos primeras agrupaciones de transportistas que se organizaron en Cuautla.

Recuerda que el ingreso del servicio de combis se dio por una necesidad de la gente de tener un mayor servicio en las más de 40 colonias de Cuautla y sus ampliaciones, llegando a desplazar así a los urbanos que pertenecían a la Estrella Roja.

“Mi ingreso a este tipo de transporte fue cuando el gobernador Riva Palacio nos hizo concesionarios, prácticamente al final de su gobierno. Al inicio, en los primeros años, solo se deban permisos, pero ya al final de su gobierno nos entregó las primeras concesiones”, recuerda.

De esa manera los nacientes transportistas adquirieron certeza jurídica para trabajar en las diferentes rutas que en ese momento seguían en crecimiento en el municipio.

”Ya no era nada más tener un papel como era el permiso que tenía un vencimiento de algunos meses, ya éramos concesionarios ante la ley”, acotó.

Así los transportistas empezaron a organizarse mejor y se dio el surgimiento de dos agrupaciones, una llamada Alianza Transportista de Cuautla, que encabezó como primer presidente Gustavo Tejeda Guzmán, y la otra se nombró Rutas Unidas de Cuautla, que tuvo al frente a Ramón Lara, ambos líderes ya fallecidos.

Dentro de ambas agrupaciones se afiliaron de manera equitativa seis rutas.

Rosete Algandar poco después, a partir del año 2000 y hasta 2019, asumió la presidencia de la Alianza Transportista de Cuautla a la cual agregó el nombre de “San Miguel Arcángel”, misma a la que desde sus inicios perteneció como parte de la mesa directiva.

Recuerda que las primeras combis que se trabajaron en las diferentes rutas de Cuautla eran modelo 1980 con máquina 1600, y luego cambiaron a máquina 1800 que además eran unidades más altas conocidas como copetonas para darle mayor comodidad al pasajero que iba parado.

Con este transporte ya en circulación se empezó a atender la solicitud de la población para llegar a más lugares, “y así fue como se empezó a crecer con diferentes ramales dependiendo de cada colonia o ampliación, la misma comunidad era quien pedía el servicio y nos fuimos ampliando”.

En esos inicios Cuautla tenia muchas calles sin pavimentar en varias colonias, explica, “lo que llevó a los dirigentes de las rutas a apoyar con máquinas aplanadoras para emparejar esas calles por donde pasaban las unidades, y en otros casos hasta se aportaba la mano obra para la pavimentación; la gente conseguía la grava, arena y cemento, y nosotros de choferes nos convertíamos en albañiles”.

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Ese trabajo, dijo, se hizo en calles como la que se ubica por las vías del tren en la colonia Juan Morales por donde circula la Ruta 5, y en calles de la Galeana que es paso de la Ruta 8, entre varios otros puntos.

Sin embargo, el ex dirigente transportista acepta que este medio de transporte ha sido duramente criticado, en ocasiones por las malas condiciones de los vehículos, por los malos choferes, su sucia apariencia y por su forma de manejar y pararse en lugares no autorizados.

“Siempre en los medios de comunicación donde se hacían estos señalamientos, como dirigente daba la cara y aceptaba las críticas como buenas, pero también decía que hay mucho chofer y muchos dueños bien educados y limpiecitos, no por unos vamos a pagar todos; yo fui chofer y sabía de todo esto y cuando tomé la presidencia tuve que dejar mi unidad para atender más los asuntos administrativos”.

El fin e inicio de la leyenda

El inicio del final de los vehículos tipo combis, relata, se dio hasta el año 2004 cuando empezó la introducción de las Urbans, y aunque en el 2000 había salido la Eurovan de la misma firma alemana, este vehículo no funcionó y perdió en ese momento la batalla con las rendidoras combis.

Pero la llegada de las Urbans con un mejor rendimiento que las combis, las fueron marginando hasta que en la actualidad es el vehículo más utilizado por los concesionarios.

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A pesar de tener una década que la combi pasó a la historia, el nombre prevalece para identificar este servicio de transporte colectivo, incluido el término cumbiero para los trabajadores, el cual surgió, recuerda Rosete Algandar, de un medio de comunicación en la radio.

“Tal parece que ambos, combi y cumbiero, llegaron para quedarse como distintivo de este medio de transporte, así nació la leyenda”, comentó el ex concesionario, quien dejó de ejercer y trabajar unidades en 2019 víctima de amenazas de extorsión.

Por ultimo aseguró que entre las satisfacciones que tuvo fue el llevarse el reconocimiento de mucha gente, colegas y usuarios, e incluso autoridades, por haber sido un buen líder transportista durante más de 30 años.

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