Mario no fue siempre ciego, cuando tenía 12 años fue víctima de un abuso sexual que dejó secuelas imborrables en su vida. Para su madre, que hasta entonces había educado a su hijo sin ningún problema, fue como volver a empezar; "él era un niño normal, hasta los 12 años, que fue cuando tuvo una baja de defensas", recuerda ella.
Actualmente Mario tiene 24 años; es poseedor de un carácter difícil y no puede ver. Su cabello es largo porque, según cuenta su madre, la sola idea de cortárselo le molesta mucho.
Es difícil entablar una conversación con él, pero su madre está acostumbrada. Consciente de que no podrá estar con él toda su vida, quiere que su hijo se vuelva independiente y pueda desarrollarse de manera profesional.
No es una ciudad para ciegos
Cuautla no es una ciudad para ciegos. De acuerdo con Araceli Ramírez, madre de Cindy, una joven ciega y con discapacidad intelectual, la ciudad no está diseñada para el libre tránsito de quienes no pueden ver nada, ni la gente ha dejado de cometer actos discriminatorios en contra de ellos.
De repente te hacen sentir mal, al grado de preguntarte quién es más discapacitado, porque parece que lo somos nosotros los que tenemos todos los sentidos, lamentó Araceli.
Ocurre en las banquetas, invadidas por comerciantes que no dejan espacio para caminar. Ocurre en el transporte público, en los restaurantes, las tiendas y en todas partes. En Cuautla, coinciden los docentes del único centro educativo visual para personas ciegas de la ciudad, hay muchos límites para ellos.
"Las calles no están adaptadas para ellos, porque en primer lugar necesitamos líneas podotáctiles, las cuales no existen", explica Katherine Rodríguez, maestra en el Centro Educativo Visual Braille A.C. (Cevib), ubicado en la colonia Emiliano Zapata.
A contracorriente
Con lo poco que tienen, elaborando ellos mismos su material didáctico, los docentes del Cevib se las han ingeniado para dar clases a bajo costo desde 2012, de manera que las personas ciegas puedan terminar su primaria y secundaria a nivel abierto, aunque las ofertas laborales siguen siendo mínimas, seguir estudiando el nivel medio superior.
Esta escuela nos ha ayudado muchísimo, gracias a este lugar hemos tenido muchos avances y ya llevamos aquí cinco años, aseguró Araceli.