El diplomado “Plantas medicinales, conocimiento científico y saberes tradicionales”, otorgado por la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), permite la recuperación de la herbolaria de los pueblos originarios del estado y brinda alternativas a la medicina alópata, en algunos casos, mientras que en otros ambas coexisten en favor de la salud.
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La cuautlense Juana Servín, quien forma parte del proyecto Mercadito Verde en Morelos, es una de las mujeres que ha tomado este diplomado y hoy impulsa un proyecto que recupera los saberes tradicionales en la elaboración de tinturas, lociones, jarabes derivados de plantas tradicionales y, recientemente, la incorporación de cannabis para dolores reumáticos, artríticos, insomnio y estrés.
“Nosotras mismas cultivamos lo básico, que es el orégano, la hierbabuena, la manzanilla, el cannabis, que llega un proceso más largo, que es el curado, el secado, el descarboxilado, para después llegar a un proceso con la tintura, el ungüento, las gomitas, lo que vayamos a hacer”, explica Servín.
Las tinturas son extractos herbolarios que vienen en frascos de 30 mililitros. Son de color ámbar, lo que permite que no pierdan sus propiedades, y se comercializan hasta en 400 pesos, dependiendo del tipo de planta utilizada.
“La mayoría de las plantas se puede utilizar en fresco y en seco. Nosotros tenemos proveedores, tratamos de que sean lo más orgánicas que sea posible”, dijo.
En los últimos años, la medicina tradicional, así como los productos medicinales a base de cannabis, han cobrado un auge inusitado a través de proyectos de economía sustentable, desarrollados, principalmente, en las comunidades en que se cultivan estas plantas.
En Morelos, los ejidatarios de varias localidades han dado los primeros pasos para la apertura de los cultivos al cannabis, aunque se han encontrado con varios obstáculos, principalmente por el estigma social que recae en esta planta.