En México, el problema del desempleo juvenil es una preocupación constante. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del último trimestre de 2022, el estado de Morelos registra una tasa de desempleo del 2.7 por ciento. En particular, la falta de empleo en los jóvenes es una situación que requiere atención.
Vulnerabilidad
Alfredo Olivar, de 23 años, empezó a estudiar diseño gráfico a los 18. Pronto se dio cuenta de que no tenía la vocación necesaria. Dejó la universidad con la esperanza de estudiar cine dentro de un año, algo que finalmente no ocurrió: se enamoró de una joven, comenzaron a vivir juntos y hoy ambos viven las consecuencias del desempleo y, además, la falta de preparación académica.
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“El desempleo, tanto en Morelos como en otros estados del país, es un problema que impacta a diversos sectores de la población, incluyendo a los jóvenes”, observa Juan Ambrosio Díaz, presidente de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) en Cuautla y la región oriente del estado de Morelos.
“El desempleo juvenil es particularmente alarmante dadas las graves consecuencias que conlleva a nivel personal, familiar y social”, añade.
Los jóvenes desempleados enfrentan una situación de vulnerabilidad. Más allá de dificultar la satisfacción de sus necesidades básicas, la falta de empleo limita su capacidad para alcanzar una independencia económica, incrementando así la dependencia familiar. Según Ambrosio, esto se refleja en la autoestima y en la realización personal y profesional de los jóvenes, generando sentimientos de estrés, frustración y desilusión.
A nivel social, el desempleo juvenil trae consigo consecuencias negativas. “Puede derivar en una carencia de capital humano que restrinja la capacidad de desarrollar actividades capaces de modificar el desarrollo y crecimiento económico a nivel local, regional y nacional”, explica Ambrosio.
Emprendimiento, una vía de escape
Frente a la escasez de oportunidades laborales convencionales, muchos jóvenes ven en el emprendimiento una solución viable. Según Joksan Terrones Menchaca, asesor de emprendimiento y marketing digital en Cuautla, los recién graduados universitarios suelen decantarse por el emprendimiento más por necesidad que por elección.
“Se convierten simultáneamente en empleados y empleadores, principalmente por necesidad y no por decisión”. No obstante, la transición al emprendimiento no está exenta de retos.
“Los jóvenes se gradúan con la esperanza de obtener empleos en sus respectivas áreas de estudio, pero la realidad puede ser muy diferente”, expone Terrones.
Pese a la frustración que esto puede generar, el asesor de emprendimiento percibe un cambio positivo en el estado de Morelos.
“En la actualidad, contamos con más herramientas y un mayor acceso a la información y a las redes sociales. Sí, el desempleo existe, pero también existen más oportunidades para emprender”, sostiene.
Un programa mal implementado
Por otro lado, no podemos obviar la existencia del programa federal Jóvenes Construyendo el Futuro, implementado por el gobierno encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Este programa otorga una beca de más de siete mil pesos mensuales a jóvenes de entre 18 y 29 años.
Sin embargo, es objeto de críticas debido a la flexibilidad de sus reglas de operación, que no garantizan su verdadero objetivo: capacitar a los jóvenes profesionalmente en sus áreas de interés durante el periodo de la beca.
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Algunos pequeños negocios han encontrado maneras de evadir estas reglas, quedándose con una parte del monto de la beca y entregando solo una fracción a los becarios, sin que estos reciban la capacitación prometida.
“Es un programa noble, pero que no cumple su objetivo”, señala Juan Ambrosio. En numerosos casos, los jóvenes utilizan el dinero de la beca para fines recreativos en lugar de para cubrir sus necesidades básicas.
Nueva dinámica
Pese a estos desafíos, el emprendimiento juvenil está transformando la dinámica económica y social de Morelos de manera significativa. No solo proporciona a los jóvenes una oportunidad para mejorar su calidad de vida, sino que también fomenta el consumo local y fortalece la economía del estado.
Para apoyar a los jóvenes, la Canaco ha establecido convenios con instituciones educativas, permitiendo que los estudiantes realicen prácticas en empresas asociadas. De acuerdo con Ambrosio, estos esfuerzos están promoviendo una educación dual y ofreciendo una valiosa oportunidad de conexión entre el mundo académico y empresarial.
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