Cuando la doctora le dijo que su hijo de cinco años había dado positivo a Covid-19, Alma sintió que lo perdía todo. Se preguntó por qué a ella, por qué a su familia. ¿Por qué, después de años de esfuerzo para construir un hogar junto a su esposo, las cosas resultaban así? Alma cuidado de su familia con mucho rigor: los niños habían dejado de salir a la calle, ella y su esposo se limitaban a cruzar la puerta para lo estrictamente necesario; dentro, el gel antibacterial y el desinfectante. Habían logrado esquivar los contagios durante un año y medio.
—Es un terror, joven, en serio, un pánico que dices por qué a mí, por qué a mi familia. Y es cuando te das cuenta que todo se te va en un momento, que te puedes quedar sin nada, y que todo lo que se ha hecho a través del tiempo lo pierdes —narra Alma, tres semanas después y ya que cada miembro de su familia dieran negativo en la última prueba que se hicieron.
Alma no se llama así, pero ha pedido hablar desde el anonimato. Semanas atrás, Alma tuvo que hacer frente a una de las etapas más difíciles de su vida, que empezó con la confirmación del contagio de su hijo más pequeño, continuó con el de su hijo de 13 años, progresó con el de su esposo y la arrastró a ella y su otro hijo, de 18 años de edad, a una historia que no le desea a nadie.
—Porque tú puedes pensar lo peor, no ves más allá, empieza un pánico que es terror: saber que un hijo puede dejar de estar contigo en unos días y es algo que da mucha tristeza —dice Alma llorando al otro lado del teléfono.
Durante la tercera ola de contagios de Covid-19, más de 140 niños y adolescentes menores de 18 años de edad han dado positivo en Morelos. Uno de ellos, han informado las autoridades, se encuentra internado en el Hospital del Niño y el Adolescente Morelense, en Emiliano Zapata. Desde el inicio de la pandemia, las autoridades han confirmado más de mil 500 menores contagiados, así como 14 defunciones.
“En esta tercera ola han incrementado los contagios en niños, no con síntomas de gravedad para ir al hospital, pero que se han contagiado en sus grupos de amigos o donde hayan asistido otros niños y van a contagiar a otras casas”, explica Vanessa Benítez, médico general que en las últimas semanas ha atendido decenas de niños contagiados, entre ellos los hijos de Alma.
De acuerdo con Benítez, la mayoría de los casos confirmados en niños se debe a su asistencia días atrás a cursos de verano, haber salido de vacaciones con sus familias o permanecido en un parque o algún espacio público. Ninguno de los casos que ha atendido ha sido de gravedad, pero la preocupación radica en la posibilidad de que los niños contagien a un familiar con un estado de salud vulnerable.
La pandemia ante los ojos de un adolescente
Antes de la tercera ola de contagios la pandemia parecía ser un asunto reservado a los adultos. Los niños y adolescentes, en cambio, seguían divirtiéndose con sus juegos y esforzándose por cumplir con la escuela y las clases presenciales. Sin embargo, la aparición de la variante Delta ha dejado al descubierto la vulnerabilidad en los grupos poblacionales de menor edad, que no han recibido las vacunas contra la enfermedad.
—Mi hermana y yo estamos en nuestros cuartos todo el día, para no contagiar a mis papás. Aunque ellos están vacunados no son inmunes, así que es mejor estar acá. Se siente extraño no poder salir y que me traigan todo cuando en sí estoy bien, pero bueno, me tengo que aguantar —dice Fernando, de 14 años.
Hace una semana, Fernando y su hermana dieron positivo a Covid-19. Él tiene14 y ella 16, ambos han tenido que actuar con madurez para proteger a sus padres, aislarse en sus habitaciones, cumplir con sus medicamentos y descansar todo lo posible.
—Ya casi no tengo síntomas, más que la tos —agrega Fernando.
Con horas de confinamiento por delante, Fernando se entretiene jugando en su teléfono, viendo la televisión y chateando con sus amigos. Confía en su juventud y la de su hermana, y espera que en unas semanas el coronavirus forme parte del pasado.
¿Qué hacer?
Para la doctora Vanessa, la aplicación de la prueba es un aspecto esencial porque permitirá actuar en consecuencia desde la ciencia.
“Todas las cosas del niño tienen que lavarse aparte: utilizar recipientes plásticos que podamos dejar remojados un rato al menos en una solución de cloro con agua. Hay medidas higiénicas y de seguridad, como el uso de cubrebocas siempre, de caretas, de goggles, ya que el virus puede entrar hasta por una gota de saliva que le pueda caer en los ojos a otra persona”.
En los niños, la enfermedad puede manifestarse con síntomas como secreción nasal, fiebre, decaimiento y tos. Por su parte, la doctora Benítez agrega diarrea y vómito.
En Cuautla, Vanessa Benítez ofrece consultas domiciliarias a pacientes con Covid-19, previa cita a su teléfono 735 136 98 41. En sus visitas domiciliarias también aplica pruebas rápidas. Asegura que desde el inicio de la pandemia no se ha contagiado del virus gracias a las medidas que toma.