Productores de los municipios de Ayala y Tlaltizapán, en Morelos, denunciaron la falta de apoyo técnico y cosechas perdidas por la sequía en uno de los peores temporales que recuerdan en las últimas décadas, a pesar de ser beneficiarios del programa Sembrando Vida, impulsado por el gobierno federal.
Cenobia Riquelme, ejidataria de Tlaltizapán, dijo que la milpa que sembraron en abril está seca y sin cosecha, lo que no sólo se debió a las lluvias irregulares, sino también a la falta de apoyo técnico por parte de las dependencias gubernamentales involucradas en el sector agrario.
"Ni Sedagro del estado, ni la Sader, ni Sedatu... Tantito nos dan estudio y nos han ayudado por parte de Sembrando Vida, a hacer pioles, en vez de usar herbicidas, un caldo sulfocáustico que se lo debe uno echar a la milpa", explicó.
"Debemos echarlo bien temprano, pero de todas maneras no llovió", agregó.
En este sentido, Domingo Leal, ejidatario ayalense, criticó el abandono en que incurrió el programa, al haber dejado de lado a los campesinos durante el proceso de siembra, lo que hoy se refleja en cultivos que no son aptos para ciertas regiones del suelo morelense. Por ejemplo, mencionó que los campesinos están sembrando nopal en tierras que no son las adecuadas, lo que perjudica la biodiversidad del lugar.
"No hay apoyo técnico. Los campesinos están sembrando nopal en tierras que no son las adecuadas, tierras húmedas. Y meter especies que no son para estos terrenos también perjudica la biodiversidad del lugar", dijo.
Leal acusó a las autoridades de utilizar esta estrategia de desarrollo como un programa clientelar, diseñado para atraer votos y justificar recursos.
"Es un programa clientelar, diseñado para atraer votos y justificar recursos, pero que no está bien ejecutado. Hay muchos pendientes", afirmó.
Sembrando Vida es un programa de desarrollo rural del Gobierno de México que se implementó en 2019. El objetivo del programa es contribuir al bienestar social de sembradoras y sembradores a través del impulso de la autosuficiencia alimentaria, con acciones que favorezcan la reconstrucción del tejido social y la recuperación del medio ambiente.
Hasta 2020, el programa abarcaba más de un millón 139 mil hectáreas de cultivo en sus modalidades de sistemas agroforestales de árboles maderables y frutales y milpa intercalada con árboles frutales.
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