Conversatorios sororos que se llevaron a cabo en diferentes recintos como la "otra revolución", recordando la historia de la lucha feminista y haciendo hincapié que no gusta la militarización que se está llevando a cabo en todo el país.
Mujeres adultas, embarazadas, jóvenes, abuelas y niñas manifestándose a lo largo y ancho de la República, vestidas de colores negro, violeta, con cientos de pañoletas verdes, levantando el puño y exigiendo se resuelvan los casos de feminicidios.
Minutos de silencio por las mujeres asesinadas.
Gritos pidiendo justicia ante la violencia, la homofobia hacia los grupos LGT, que también están luchando por sus derechos.
Contingentes de las Ateneas levantando el puño abriéndose paso entre las manifestantes en total respeto.
Mis derechos no son opcionales
No somos histéricas, somos históricas
Soy de los niños que jamás lastimaría a tu hija
Mis hermanas me respaldan
Mi miedo se volvió mi fuerza
La policía no me cuida, me cuidan mis amigas
Por mí, por ti, pero sobre todo, por las que ya no están
Fueron algunas de las consignas que se leyeron en las pancartas de todas las movilizaciones.
Música con tambores y maracas, bailes, veladoras, cruces en el piso, fotos de los agresores que fueron quemadas en hogueras, flores, algunos ataúdes en las calles emulando los atroces feminicidios, que escandalosamente estamos sufriendo en este país.
Con todo eso, leí en el Facebook algo, que de alguna manera engloba lo que hoy pretendemos las mujeres, escrito por Janet.
Cuándo ves el feminismo desde afuera, te vibra.
Después, metes los piecitos para ver qué tan frío es,
pero es calientito y acogedor.
Y cuando estás adentro, quieres que todas estén dentro,
porque acá, siempre hay paro, siempre hay apapachos y amor,
entonces sabes que aquí hay un lugar seguro para ti
y que nadie puede hacerte daño,
sin que una feminista le salte por ti.
Por esto y más amo a las feministas y el feminismo.
El feminismo no es odiar hombres, es amarnos entre mujeres.