Desde el 19 de septiembre de 2017, día negro para Morelos, Axochiapan es conocido como el epicentro del sismo que se llevó consigo decenas de vidas, afectaciones en más de 23 mil inmuebles en el estado y la muerte de 369 personas en el centro del país.
Una de ellas murió aquí, en la iglesia del Padre Jesús, un inmueble histórico del siglo XVI cuya cúpula se vino abajo y acabó con la vida de aquella mujer.
"La cúpula se vino abajo y cobró la vida de una persona que se encontraba adentro, pero todo ha cambiado desde entonces", dice Mariano Arriaga, párroco de la comunidad, a sólo unos pasos de donde ocurrieron los hechos.
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El padre acaba de ofrecer misa y está a punto de retirarse del lugar. A seis años del sismo, el templo sigue cerrado, así que los feligreses tienen que acudir a la capilla que se encuentra dos calles hacia el centro. Hoy es domingo, a las dos de la tarde, y atravesar el corazón del pueblo es todo un desafío: cada domingo, el municipio recibe a cientos de vendedores provenientes de las comunidades cercanas, lo que da pie a un tianguis que cubre varias manzanas. Durante siglos, el comercio ha definido el carácter de la localidad:
"Axochiapan ya era una zona comercial desde tiempos prehispánicos. Es un camino hacia la Sierra Mixteca Baja poblana, así que la gente tenía que pasar por aquí y por eso se fue dando el comercio. Eso hizo que Axochiapan se volviera un punto neurálgico para esta práctica", explica Óscar Cortés Palma, cronista del municipio.
Un pueblo repuesto al sismo
Si algo caracteriza al ambiente que se vive en la calles principales del pueblo es que todos parecen tener prisa: por vender o por llegar a algún sitio. Las respuestas que ofrece la gente no siempre son las más amables. De acuerdo con el párroco, ligado a las necesidades de los pobladores, esta forma de ser habla de la persistencia y entereza de la comunidad, lo que quedó demostrado a la hora de hacerse cargo de la reconstrucción de la iglesia, sustituyendo la antigua cúpula por una de cobre.
"Ahora dicen que es un baluarte, una fortaleza moderna. Por dentro va a quedar la estructura como si fuera antigua, pero por fuera refleja esta modernidad", dice el párroco.
Se trata de una de las únicas dos cúpulas de su tipo en México, equiparable, si acaso puede serlo, con la de la Basílica de Guadalupe, en la capital.
Actualmente, el monumento histórico se encuentra en su última etapa de restauración y los habitantes esperan que este mismo año puedan volver a escuchar los sermones del padres como se acostumbraba antes: "La gente de Axochiapan quisiera ver sus templos terminados", afirma Arriaga.
El recuento de los daños
El sismo del 19 de septiembre dejó 400 inmuebles dañados en Axochiapan. En años siguientes las familias damnificadas recibieron el apoyo de las autoridades a través de los programas diseñados para la reconstrucción de las casas que se vinieron abajo, aunque no todo lo que se prometió se cumplió. En algunos casos, las familias tuvieron que asumir el costo de reconstruir sus viviendas, ignoradas por los múltiples censos que se llevaron a cabo:
"Hubo proyectos que se quedaron a medias, situaciones que a la gente le hubiera gustado ver en un primer momento y a lo mejor no existió ese compromiso por parte de las autoridades, pero ahora hay una infraestructura bonita, caminos y calles bonitas", explica el párroco.
El cronista, por su parte, asegura que aún hay familias cuyas viviendas siguen a la espera de ser reconstruidas, pero que han dejado de esperar. Después de todo, seis años es demasiado tiempo. "Se cayeron sobre todo las casas que estaban hechas de adobe", dice una comerciante del lugar.
El municipio
Axochiapan es una localidad que se encuentra en el estado de Morelos, en los límites con Puebla. Su historia se remonta a tiempos prehispánicos. Durante la época colonial, fue uno de los asentamientos más significativos debido a su ubicación estratégica en rutas comerciales. Esta región, que alguna vez fue habitada por culturas como los tlahuicas, es rica en tradiciones y costumbres que reflejan la mezcla de influencias indígenas y españolas.
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