Cada 27 de febrero, el mundo entero celebra el Día Mundial del Trasplante de Órganos y Tejidos. Con esta conmemoración, el sector salud busca hacer conciencia sobre la importancia de donar órganos y rendir homenaje tanto a los donantes como al personal médico que está detrás de cada nueva oportunidad de vida, concedida a un paciente gracias a la generosidad de otra persona, a través de una cirugía.
Aunque México es uno de los países de Latinoamérica con más trasplantes de riñón, hígado, corazón, pulmón y páncreas, la cultura del trasplante enfrenta un problema: la escasez de donaciones y trasplantes y una demanda de ellos cada vez más creciente, según recogió la gaceta de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en el texto escrito por Roberto Gutiérrez Alcalá en el marco del Día Mundial del Trasplante de órganos para 2021.
En Morelos, la situación no es distinta: en lo que se refiere a trasplantes realizados desde el sector de la salud pública, el último efectuado ocurrió en 2017, en el Hospital General de Cuernavaca “Dr. José G. Parres”, en colaboración con el Instituto Mexicano de Trasplantes (IMT). Desde entonces, los programas de trasplantes públicos en la entidad se encuentran inactivos:
“Lo que hacemos nosotros es referir a los pacientes a hospitales de la Ciudad de México de tercer nivel, que tienen programas de trasplantes de cualquier órgano, cualquier tejido, y que es adonde enviamos los órganos que se procuran aquí. Eso hace que algún paciente morelense pueda tener la oportunidad de ser trasplantado”, explica Fernando Emmanuel Hernández Ponce, Coordinador Hospitalario de Donación de Órganos y Tejidos con fines de trasplante del Hospital General de Cuernavaca.
El doctor Emmanuel destaca que este hospital está habilitado y cuenta con personal preparado para la realización de trasplantes, detenida por un freno que, según manifiesta, podría liberarse con un poco de voluntad:
“Quizá hace falta algún recurso humano para arrancarlo, pero tenemos personal de enfermería capacitado, de psicología, tanatología, trabajo social; es un poquito de voluntad el poder continuar con estos trabajos reactivarlos en el estado”, señala.
Morelos, especialista en trasplantes de riñón
Con todo y que los trasplantes en el sector público cesaron en 2017, Morelos no es un territorio en el que no se sigan realizando trasplantes. Desde el año 1999, el IMT ha realizado 700 trasplantes renales con buenos resultados. En este periodo, el instituto, ubicado en Cuernavaca, ha conformado un equipo médico y paramédico con experiencia en el campo, con lo necesario para la procuración de órganos e infraestructura hospitalaria adecuada. Sin embargo, al tratarse de una institución privada, el costo del trasplante es asumido por la familia del paciente.
Actualmente, el Hospital General de Cuernavaca tiene una lista de donadores voluntarios con unas mil personas registradas. La cifra no es grande y se equipara a la escasez de donadores a nivel nacional, que no alcanza el millón de habitantes registrados, pero Fernando Hernández destaca que va en incremento. Esto ha permitido que los donadores morelenses puedan ser vinculados con los hospitales de la Ciudad de México, haciendo posible el trasplante de distintos órganos:
“Hemos tenido donación de corazón, de hígado, riñones, córneas, de piel, de tejido músculo esquelético…”, reconoce Hernández.
El proceso
El proceso para registrarse como donador de órganos es muy sencillo: basta con ingresar al sitio oficial del Centro Nacional de Trasplantes (Cenatra) y, en seguida, al formulario de Donación expresa de órganos y tejidos para después de la muerte. Lo complejo, en realidad, viene después, ya que el personal médico debe realizar los estudios correspondientes para aprobar la compatibilidad del órgano y su receptor, algo que no sólo depende de estudios clínicos, sino también de un aspecto relacionado directamente con su salud mental:
“No sólo se trata de que tenga la enfermedad por la cual tenga la insuficiencia renal, o hepática, o cardiaca, sino que esté en tratamiento, bajo vigilancia de sus médicos tratantes. Los pacientes se envían a valoraciones mentales para determinar si son personas que aceptarían emocionalmente que alguien les diera un órgano, y que supieran que una parte de ellos le pertenece a otra persona, y finalmente que se puedan prestar las condiciones de insumos e instalaciones para el trasplante”, explica Hernández Ponce.
Tras la cirugía, el paciente debe continuar en seguimiento, hasta que los médicos se cercioren de que su organismo ha aceptado el órgano donado.
“La valoración posquirúrgica es continua: los pacientes pueden estar dados de alta, pero cada año se les da seguimiento. La complicación más común es un rechazo del órgano, cuando su organismo no acepta la parte trasplantada y puede presentarse un evento de tipo alérgico de forma severa, y ahí se requiere de una nueva intervención para aplicar ciertos medicamentos para continuar con el órgano o si hay necesidad de retirarlo”.
Sin duda, el mundo de los trasplantes es complejo, pero asombroso. A través de la campaña permanente “Amar es donar y actuar”, las autoridades de salud de Morelos buscan promover la cultura de la donación de órganos, uno de los actos más nobles del ser humano, durante todo el año:
“Invitamos a todas las personas a donar, a hablar con sus familiares, expresar cuál es su voluntad a la donación, y ojalá que sea afirmativa, para que, llegado el momento, puedan regalar vida a través de su vida y ayudar a otras personas”, dijo Fernando Hernández.
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