Doña Leticia, la vendedora de raspados que recorre kilómetros en bicicleta

Doña Leticia Bermúdez lleva 30 años vendiendo raspados en Ayala, México. Con su bicicleta, recorre kilómetros para llevar frescura a las personas

Rosaura Hernández | El Sol de Cuautla

  · martes 11 de abril de 2023

Doña Leticia encontró en la venta de raspados una forma honesta de vida, por ello, día con día recorre las comunidades con su bicicleta en busca de clientes. / Gude Servín | El Sol de Cuautla

Con 30 años dedicándose a la venta de raspados, nueve hijos y problemas en las rodillas, doña Leticia Bermúdez recorre todos los días las diferentes comunidades del municipio de Ayala vendiendo raspados. En esta temporada de calor, señala que la venta aumenta, aunque no como ella lo esperaba; sin embargo, con sus raspados ayuda a sofocar el calor entre las acaloradas personas que viven o trabajan en el municipio.

De tamarindo, limón, diablitos, vainilla, guayaba, piña y grosella, son los raspados que más se venden en la temporada, todos a 20 pesos. Y aunque en su carrito lleva más sabores, doña Leticia señala que aunque pasen los años, los niños crezcan y venda en diferentes lugares, esos sabores son los que nunca pueden faltar, pues son los favoritos de todos.

Raspados de tamarindo, limón, diablitos, vainilla, guayaba, piña y grosella son ofertados día con día. / Gude Servín | El Sol de Cuautla


En un día, en promedio, Leticia llega a vender entre 20 y 30 raspados. No obstante, en un día bueno, puede llegar a superar los 35.

Doña Leticia es muy conocida en el municipio, ya que por 30 años se ha dedicado a la venta de raspados. Ella recorre todos los días grandes distancias para llevar un poco de frescura a las personas. Viaja desde la comunidad de San Pedro Apatlaco hasta Chinameca y en todas las comunidades que atraviesan esa zona. Ella viaja con su bicicleta gritando “¡Raspados, raspados!”, esperando así que alguien con el suficiente calor pueda comprarle sus dulces raspados.

Doña Leticia tiene 57 años de edad y tuvo 12 partos. En la actualidad, tiene nueve hijos con vida, en su mayoría ya adultos, y son ellos quienes durante su infancia le ayudaron a vender raspados a su mamá y a la fecha le ayudan también en el negocio preparando los jarabes. Además de su gran familia, ella tiene problemas en la rodilla derivados de un accidente con unos borregos. Pese a esto, ella recorre en promedio durante la temporada de calor entre 10 y 20 kilómetros en bicicleta con sus raspados, todo dependiendo de la comunidad a la que en ese día vaya a vender.

Cuando no hace calor, de igual manera se dedica a la venta, pero de verduras. Esto para poder seguir generando recursos económicos y poder mantenerse a sí misma, su hogar y su familia.