[DIVERSIA] Salir del clóset no es nada sencillo; ellos lo hicieron así

“El camino no es fácil, pero a final de cuenta salir adelante es una decisión"

Susana Paredes | El Sol de Cuernavaca

  · martes 14 de enero de 2020

Cortesía | Keylen Adame

Salir del clóset es un término muy conocido y utilizado para describir el hecho de ocultar a tu familia o amigos tu orientación sexual. En internet existen cientos de páginas que te pueden explicar cómo hacerlo, cuándo es el momento correcto y cuál podría ser la reacción de las personas más cercanas al enterarse que te gusta una persona de tu mismo sexo, tales como: plannedparenthood, elclosetlgbt.com, así como videos de tus influencers favoritos integrantes de la comunidad.

Según la página “El Clóset LGBT”, salir del clóset puede ser algo de lo más difícil por hacer, sobretodo si sumamos factores como la temprana edad y si vives en un ambiente que sabes que no te apoyaría. Va más allá de decirle a tus seres queridos: soy gay, lesbiana, bisexual, trans o intersexual. Salir del clóset es sobre vivir tu vida sin miedos ni ataduras y sin ocultar nada al respecto.

Debes elegir con quién salir del clóset, es algo que te puede quitar el sueño, el empezar a hacer escenarios sobre quién lo aceptará mejor y a quién te conviene más; sin embargo, la segunda vez que le dices a alguien es quizás un poquito más fácil. Requieres decidir el momento idóneo, las palabras correctas, en ocasiones tienes que ponerte un poco en el contexto social de la persona con la que saldrás del clóset, por ende tienes que saber qué decirle de la mejor forma posible para que te entienda.

Señalan que lo más complicado es armarte de valor y decirlo. Nadie dice que será fácil pero esto es lo más fundamental para dar el gran paso.

El camino no es fácil, pero a final de cuenta salir adelante es una decisión. No necesitas de nadie para hacerlo mas que de ti mismo. Lo mejor sería tener el apoyo incondicional de todos los que te rodean, pero no siempre será así y tienes que aprender a vivir con ello.


TESTIMONIOS

“A los 14 o 15 años decidí enfrentarlo con mi familia, decírselo de manera muy frontal. Desde que tengo uso de razón jamás me han gustado las niñas, siempre he sentido como una admiración hacia ellas, pero siempre me habían llamado la atención más los niños y justo en esa edad decidí afrontar mi realidad y contarselo a mi mamá.

Fue difícil porque mi mamá es una mujer muy dura, en una mujer que se crió con puros hombres; tenía un ideal machista que se le había inculcado. Fue muy difícil enfrentarla porque de cierta manera yo llegué a corromper todos sus ideales y toda su estructura psicológica. Fue corromper su educación, costumbres, ideas y manera de pensar.

Durante el proceso de aceptación familiar al haber ido guiada bajo un régimen de machismo y de cosas absurdas, fue complicado. Mi proceso duró aproximadamente dos años, de primera instancia me mandó a terapia porque pensó que como estaba en la adolescencia era una cultura o estereotipo que yo quería seguir, pero después ella comenzó a tomar terapia y así fue la manera en como lo fue aceptando".

-Jonathan.

“Salir del clóset se trata de encontrarse a uno mismo y aceptarse. Tuve dos salidas del clóset porque anteriormente cuando yo viví como una chica para salir del clóset fue todo un proceso, el cual conllevó a muchas circunstancias y una con otra me fue llevando a la reflexión de qué era lo que estaba pasando conmigo y entonces haciendo este análisis conmigo mismo fui encontrándome y dándome cuenta de que no era por ahí.

Mi primera salida del clóset fue más difícil, lo viví con más miedo y frustraciones porque no era una persona independiente, no tenía un trabajo, no me mantenía. Hubo rechazo, también discriminación de familiares y amigos; la verdad fue muy difícil, me sentí muy solo y es algo que difiere a esta segunda salida del clóset. Tenía 13 años, lo recuerdo muy bien. Me atraía mucho una de mis mejores amigas, convivíamos mucho y mis papás notaban mucha cercanía con ella. Un día les comenté a mis papás que sentía que me gustaba mi amiga. En ese momento, al tener 13 años, lo primero que piensa la mayoría de los padres es ‘se le va a pasar, seguramente esta confundido y es demasiada la convivencia que tienen, están confundiendo las cosas’.

De ahí se vino una etapa de mil y un psicólogos, pero de ninguna manera pudo cambiar esa situación. Sin embargo, la segunda salida del clóset fue más compleja porque me daba mucho temor, primero la parte de familiar: ¿Cómo lo van a tomar?. En un principio fue difícil pero al ser una persona independiente lo asumí de la mejor forma para empezar a hacer la transición de mujer a hombre. Mi mamá ya lo sabía, notaba muchas cosas diferentes en mi persona, como el hecho de que no me sentía a gusto, no estaba feliz conmigo mismo y platicando con mi mamá me dijo que yo me refería a mi persona como niño… pero eran otros tiempos.

Ahora la aceptación fue más fluida o no sé si resignación porque mi mamá me comentaba que se lo esperaba y sabía porque siempre se daba cuenta de que había algo más, algo más que sólo la orientación. Considero que se lo tomó bien, me siento más apoyado hasta en mi ambiente de trabajo, soy docente de educación especial, donde tengo apertura y aceptación para muchos pasos que tuve que dar”.

-Damián.

“Mi salida del clóset no fue nada sencilla. Después de varias decepciones amorosas donde yo también la regaba, conocí a una chica en una fiesta, la fiesta de una de mis mejores amigas. Comenzamos a platicar sobre un chavo que me gustaba pero antes de darme un consejo me comentó que era lesbiana; yo no tuve problema en absoluto y seguimos platicando. Después de eso la comunicación era constante y empecé a sentir cosquilleos en el estómago cuando la veía, cuando tenía un mensaje suyo, fue cuando caí en cuenta que me gustaba mucho.

Cuando mis papás se enteraron fue otra onda. Estaba en uno de mis bares favoritos con ella y otro amigos, pero el dueño era amigo de mi papá. Nunca pensé que le fuera a ir con el chisme de que me había besado con una mujer pero así fue. Tanto era el enojo y la desesperación de mi papá porque no la dejaba y porque sinceramente era homofóbico, que decidió prohibirme el paso al bar, por malas decisiones, me fui de la casa, ella siempre me apoyó, pero al final no funcionó.

Mis papás actualmente lo aceptan más, por lo menos mi mamá que es con quien hablo más sobre el tema pero considero que conforme paso el tiempo se percataron no era una fase o no estaba “hechizada” como dijo una prima, sino que realmente ser lesbiana es mi orientación sexual y no me hace menos y no he cambiado por serlo”.

-Itzel.