El “drag” está muy presente en la cultura popular actual, si no en Netflix, en Youtube o en comerciales, y hasta en memes, debido a que las drags son reconocidas por su sentido del humor y extravagancia, situación que las ha posicionado en el agrado del público, tanto así que diversas series, donde son el punto principal, han obtenido un gran éxito, tal es el caso de “RuPaul’s Drag Race”.
El término “drag” se refiere a usar la ropa del sexo opuesto. De ahí los conceptos: Drag Queen (un hombre que se viste de mujer) y Drag King (una mujer que se viste de hombre). Sin embargo, algunas fuentes confirman “Drag” es el acrónimo de Dressed as a Girl (vestido como mujer), utilizado para referirse a una persona cuyo personaje tiene rasgos andróginos aunque la información coincide en que es principalmente una forma de entretenimiento.
Se dice que el primer uso registrado para el término “drag queen” fue en 1870 y se usaba para referirse a actores masculinos vestidos con ropa de mujer.
El personaje literario famoso más parecido a una “drag queen” es la Reina de la Noche de la ópera del compositor Wolfgang Amadeus Mozart “La flauta mágica”, en el siglo XVIII. La Reina de la Noche era una especie de reina de la oscuridad y la mujer que la interpretaba usaba en las representaciones de la ópera vestidos muy provocativos y ostentosos, así como diseños y maquillaje muy femeninos y exagerados.
El “Drag” fue visto en las primeras formas de teatro, específicamente en la época de William Shakespeare, debido a que a las mujeres no se les permitió participar pero los personajes femeninos aún necesitaban ser retratados; lo que significaba que los hombres, en su mayoría adolescentes, tenían que desempeñar los papeles. La primera actuación de Romeo y Julieta fue interpretada por dos hombres.
En la década de 1950, en el periodo de la cultura closet (periodo anterior a la revolución sexual y los disturbios de Stonewall), los “drag shows” se volvieron populares en los establecimientos de clientela homosexual, como los bares gay. La estética camp comenzó a recurrir al “drag” para la personificación de la ironía en las artes, valiéndose del vestuario afeminado y abigarrado de figuras masculinas para formular una intención cómica dentro de la cultura masiva y sus medios de comunicación.
En 1969, las cosas tomaron un giro aún más agudo cuando la policía de Nueva York inició una redada en el único bar LGBT, el Stonewall Bar. Esto no iría sin respuesta, ya que valientes mujeres y hombres se defendieron, provocando tres días de disturbios. Marsha P. Johnson, que era una drag queen, fue una de las primeras en contraatacar.
Después de la cultura closet y la conformación del movimiento social LGBT+, el “drag” se volvió habitual como una expresión de género totalmente enfocada a la identidad transgénero, formando parte de la expresión de orgullo LGBT.
Actualmente, se dedican al canto, baile, playback, participando en Gay Prides, concursos de belleza, y drag shows, como Divine y RuPaul, las drags queens más conocidas en el espectáculo y que han logrado abrir el panorama para este amplio mundo.
En 2009 se estrenó “RuPaul’s Drag Race”, programa que muestra el proceso de hacer drag que, en general, implica hacer sus propios vestuarios, maquillaje, planear sus eventos, actuar, modelar, entre otros, aunque también muestra los obstáculos a los que se enfrentan las drags en su día a día. El show ha adquirido fama internacional, posicionando a las drags queen.
En la escena mexicana, el drag también encuentra su lugar en distintos clubes nocturnos como “La Puri” y “Rico Club” en Ciudad de México. Además de que la serie “La más draga” busca mostrar los distintos tipos de drag que se hacen en México.
¿Sabías qué?
El “drag” surgió como un elemento dramático durante la segunda mitad del siglo XIX, destinado a hacer una proyección cómica de las nociones sociales sobre el comportamiento social, la aristocracia, la organización política, los roles de género, la etiqueta social y los convencionalismos sociales.