Las niñas quieren cocinar, moler masa y ser mamás, los niños quieren ser capitanes del corte de caña. Ellos son los niños que viven en los albergues cañeros quienes este día del niño no lo celebrarán.
Tere tiene cuatro años y actualmente vive en el albergue cañero de Puxtla, de grande ella quiere moler masa como ve que lo hace su mamá. Al platicar con Tere ella explicó que no va a la escuela aunque tiene una maestra acude a veces al albergue y sólo los pone a dibujar.
Job tiene nueve años y cada temporada de zafra llega al estado de Morelos junto con su familia, específicamente al albergue de Puxtla en Cuautla, su papá es capitán de cañeros y para él su papá es un ejemplo a seguir pues de grande quiere ser como él. Job platica que a veces acompaña a su papá a cortar la caña, por lo que ha comenzado a aprender algunas cosas de este trabajo.
Junto con ellos viven otros 12 niños en el albergue cañero, los más pequeños están por cumplir un año de edad y la más grande tiene 11 años cumplidos.
Como cualquier niño ellos saben del 30 de abril, Día del niño, sin embargo ellos no lo festejan, por sus usos y costumbres así como por la situación económica que sus familias atraviesan, en el día del niño no hay fiesta, el recibir un dulce o un juguete depende de otras personas o asociaciones civiles que quieran llevarles algún tipo de sorpresa.
Para ellos el Día del niño será igual que cualquier otro día, tendrán que ayudar a sus mamás a limpiar los cuartos en los que viven para después jugar entre ellos y así pasar el día.
Esta es la situación de decenas de niños quienes viven en los albergues cañeros, descalzos, con su ropa desgastada y sucia, carentes de muchas cosas, son niños alegres, inquietos y con ganas de aprender, quienes se pueden conformar con poco y un juguete nuevo o un dulce, pueden hacerlos sumamente felices.
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