Devuelven la fe a Jojutla

La celebración con motivo de la consagración del nuevo Santuario del Señor de Tula concluyó con una verbena y la quema de juegos pirotécnicos que donó el gobierno municipal

Angelina Albarrán | El Sol de Cuernavaca

  · lunes 24 de febrero de 2020

El padre German párroco de Jojutla, reconoció que hay fuertes críticas porque esta importante inversión pudo servir para la reconstrucción de las viviendas de muchas familias / Angelina Albarrán | El Sol de Cuernavaca

Con una motiva consagración del nuevo Santuario del Señor de Tula en Jojutla encabezada por el obispo de la Diócesis de Cuernavaca, Ramón Castro estuvo acompañado de los párrocos de la región, feligresía e invitados especiales entre ellos los representantes de los que donaron esta obra: Infonavit, Fundación Hogares, así como el presidente municipal, Juan Ángel Flores Bustamante, representantes del Gobernador y del Congreso Local.

La organización y preparación de la ceremonia y rito religioso contó con la participaron los diferentes grupos de la feligresía católica, y de los niños y niñas de la catequesis, el solemne e histórico momento desde el arribo en procesión de un gran séquito de sacerdotes y el obispo con su báculo, acompañados del coro de alumnos del Colegio Morelos.

La ceremonia de consagración y la primera misa que se prolongó por dos horas, marcaron el momento en el que se agradeció a los benefactores de esta importante obra arquitectónica financiada con los recursos que donó el Infonavit a través de la Fundación Hogares, para la reconstrucción de una serie de inmuebles y espacios públicos, tras el devastador terremoto del 19 de septiembre de 2017, y a quienes se les entregó una imagen del cristo negro del Señor de Tula, para quien se volvió a levantar este santuario.

La ceremonia de consagración consiste en ungir con el Santo Crisma el altar y las paredes de este santuario; previamente el obispo con el báculo marcó los signos en la parte superior e inferior de la iglesia con una cruz, para que la obra no sea destruida. La purificación comenzó desde el altar y con el apoyo de los párrocos de esta zona, se extendió a las esquinas de las paredes; con incienso se humeó todo el nuevo recinto, en una ceremonia acompañada de cantos; así, se llegó hasta el altar de la Virgen de Guadalupe donde guardaran al altísimo sacramento.

Para después dar paso a la misa de tres ministros, ahí, el obispo Ramón Castro Castro hizo hincapié en este histórico momento para el pueblo de Jojutla, al recordar el sismo del 19 de septiembre de 2017 dijo las siguientes palabras:

Se habían destruido edificios, hogares e iglesias, pero no se había derrumbado nuestra fe y esperanza; y desde los primeros días se dejó sentir una onda de solidaridad de cientos de hermanos y hermanas que se preocuparon de brindar ayuda moral y material.

Después de 28 meses del sismo, consagran nuevo santuario del Señor de Tula / Cortesía

Consagrar este inmueble significa que no es sólo nuestro, es de Dios que manifiesta su presencia en esta nueva morada: “es la presencia de Dios, como cuando nos trajeron a la iglesia y fuimos bautizados para ser templo de Dios, una vez en la vida se consagra un altar, es algo sagrado, bello, histórico, que quedará grabado en nuestros corazones que son protagonistas de esta historia. Dios siempre tiene la iniciativa, propuestas pero exige la participación y colaboración y cada uno de nosotros somos conscientes de ello, mucha gente pobre ha dado lo que tiene para poder consagrar este altar", dijo el obispo.

El padre German, párroco de Jojutla, reconoció que hay fuertes críticas porque esta importante inversión pudo servir para la reconstrucción de las viviendas de muchas familias que siguen sin hogar, pero habló la importancia de este santuario que se levanta gracias a la donación de Infonavit y Fundación Hogares, de los constructores y el apoyo de las autoridades.

Mientras entregaban los reconocimientos y se agradecía a las fundaciones y al Infonavit, al gobierno municipal entre otros que apoyaron en este proyecto, los niños guiados por las catequistas dejaron el privilegiado lugar para hacer una valla con listones amarillos y claveles blancos y tomados de las manos esperaron el arribo de la peregrinación que salió de la iglesia provisional de San Miguel con el cristo negro del Señor de Tula que fue recibido por el Obispo para ponerlo en el nicho destinado para esta imagen.

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