De acuerdo con el más reciente semáforo estatal del colectivo de investigadores México, ¿cómo vamos? y las cifras que obtuvieron del Instituto Mexicano del Seguro Social, el déficit de empleos formales es, junto con la baja productividad, la pobreza laboral, la alta tasa de empleos informales y la alta ocupación en el gobierno, uno de los principales problemas para el desarrollo de la entidad, que tampoco rinde bien en crecimiento económico, logrando apenas el 2.9 por ciento de un 4.9 por ciento de la meta esperada para 2018.
Al tercer trimestre del año, si bien hay un crecimiento sostenido en la generación de empleos, según apuntan los datos, éste no representa ni la mitad del total de empleos que se tendrían que haber generado en la entidad.
Pero Morelos no ha sido especialmente hábil en la creación de empleos, según muestran las cifras desde 1997. Sólo en cuatro trimestres en los últimos 20 años, el estado se ha acercado un poco a la meta de generación de empleos formales acumulados. Los primeros tres meses de 1998 y los de 1999, se superaron los tres mil 500 empleos formales; el primer trimestre de 2010, se lograron cuatro mil 521 empleos formales, y en el primero de 2012, cuatro mil 563. En contraste, 18 trimestres en las dos últimas décadas han registrado un saldo negativo en la generación de empleo. La mayor pérdida fue en el segundo trimestre de 2009, en que se acumuló una caída de 4 mil 286 puestos de trabajo.
Las cifras del sexenio que terminó tampoco son buenas pues no acercaron ni a la tercera parte de la meta de 14 mil empleos acumulados anuales. En 2013 el resultado fue de apenas 2 mil 441 trabajos.